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“Mi renuncia de Alianza País es un acto moral y de honor con mi historia de vida política”
A partir del pasado 29 de mayo 2024 prescindí de mis funciones en la Dirección Nacional y la Comisión Política Nacional (CPN) de Alianza País, decisión que también abarcó mi condición de vocero para las comunidades dominicanas en ultramar.
Ahora y por vía pública, esta decisión alcanza la condición de miembro y será extendida a la Junta Central Electoral donde también hare efectiva mi desafiliación de esta entidad partidaria.
Temprano en mi vida y en difíciles circunstancias políticas, asimilé y asumí como un principio fundamental que la militancia desde un litoral ideológico está determinada por el ideal en que se sostiene, no por las siglas partidarias desde la que se opere políticamente en algún momento de la historia.
Por eso, cuando las siglas partidistas dejan de representar el ideal colectivo soñado, usted, como es mi caso, ha sido abandonado por el partido.
En tal circunstancia la renuncia formal, aunque irrelevante, pasa a ser una obligación y un acto de honor y respeto con mi propia historia de vida política.
Esta, mi decisión, que he venido considerando durante meses, encontró un factor adicional de mucho peso en la táctica política que se aprobó para el pasado proceso electoral, pero sobre todo en el manejo que en su aplicación hizo un sector de la CPN.
La derrota sufrida por el partido y su principal líder, Guillermo Moreno, tiene como expresión más visible una famélica votación a nivel presidencial de 15,800 sufragios aun y cuando el candidato lo era Luis Abinader, el más popular de los postulados.
En comparación con la votación obtenida en las elecciones del 2020 esto significa una pérdida de 23.658 votos, situando a dicha colectividad detrás de 18 partidos en la boleta electoral del 2028. (Recordemos que en las pasadas elecciones Alpaís ocupo la casilla #6 en la boleta de votación).
A esto se agrega que de los 181,204 votos acumulados por el PRM y aliados postulantes de la candidatura del doctor Moreno García a la senaduría del Distrito Nacional, la votación obtenida por Alpaís fue de 3,894 sufragios.
En ese contexto de derrota me identifique con el punto de vista que apostaba por un lógico, profundo y democrático proceso evaluativo que nos acercara a las causas reales de lo que ha venido ser el peor desempeño electoral de Alpaís en toda su vida.
Proceso que involucrara de manera horizontal la base social del aliancismo, pasara por la Dirección Nacional y concluyera con una Asamblea Nacional extraordinaria, máximo espacio deliberativo y decisión, según dice el Estatuto partidario.
Sin embargo, la urgencia de buscar convertir en realidad el eufemismo de partido co-gobernante se impuso, perdiéndose la oportunidad de analizar el proceso de manera integral, incluyendo los factores causales de esta derrota y la responsabilidad de los distintos actores y sectores intervinientes.
Así, se incrementa el riesgo de que este proyecto político, alternativo en su definición, pase a ser una franquicia electoral más de las tantas que hay en el sistema partidario dominicano, lo que de ocurrir seria otra derrota para el campo político progresista dominicano.
A mis amigos(as) y hermanos(as) dentro y fuera de Alianza País les digo que no me rindo, pero tampoco me rendirán aquellos lideres y partidos, grupos sociales y económicos que asumo como enemigos de un mundo de paz, fraternidad, libertad integral, bienestar general compartido e incluyente de la hermosa diversidad que distingue a la humanidad.
Persisto en este camino tempranamente asumido en mi pueblo natal de San Francisco de Macorís. Lo hago a sabiendas de que he vivido muchos más años de los que me quedan de vida útil.
Sin embargo, me siento feliz conmigo mismo porque en un tiempo histórico donde el “fantasma que recorre el mundo” es el fantasma del fascismo, no me he dejado seducir por el canto que invita a tener como prioridad una función en el Estado y al disfrute del perfume palaciego.
Luis M. Rodriguez
(Radhamés Pérez )