Por Jhonny Báez BANI, REP. DOMINICANA .-El doctor Salvador Encarnación, amigo y compañero nuestro, me ha solicitado de manera encarecida...
Por Jhonny Báez
BANI, REP. DOMINICANA.-El doctor Salvador Encarnación, amigo y compañero nuestro, me ha solicitado de manera encarecida, que escribamos algo sobre esta dulce y sencilla dama de la sociedad banileja, quien a pesar de los avatares y del fatalismo que ha rodiado su existencia, ésta no se ha detenido, ni ha claudicado en sus afanes políticos por alcanzar sus sueños; y erguida como un ciprés, se ha mantenido con estoicismo, pero con perseverancia, frente a infames trapisondas y a las duras pruebas que ha tenido que enfrentar en condiciones de desventajas.
Esta entregada e impertérrita mujer, de contextura enjuta, ha sacado fuerzas para sobreponerse a todas las adversidades y los obstáculos que sortea, durante su tortuoso recorrido en los menesteres políticos, por alcanzar un escaño en el Congreso Nacional.
Son muchos los intentos (todos truncos) que esta sacrificada adalid ha hecho, para ver cristalizados sus sueños, de ganar un espacio en ese solemne centro, como lo es: el Poder Legislativo.
Y partiendo de aquel refrán que reza: "No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no llegue"; nosotros, entendemos y estamos convencidos de que llegó la fecha (la hora), de que Carmen Leyda sea favorecida por su pueblo, dándole su voto y su respaldo, para que desde el Congreso, esta denodada y capaz hija de Baní, respetable nos represente con dignidad y gallardía, por la memoria de su venerado y bien recordado esposo, José Rolando Melo, cobarde y vilmente asesinado, antes de que se cumplieran sus más caros anhelos: de ver a su esposa, legislando para su país, y en representación de su amada provincia Peravia.