Mi ventana óptica
Por Alejandro Almánzar
He sostenido desde que asumió la administración Biden, que Los Estados Unidos saldría muy afectado con las decisiones populistas que desde antes de llegar a la Casa Blanca exhibía el actual mandatario, y lo mismo podemos esperar los dominicanos de la gestión de Luis Abinader y sus caballos de troya que le acompañan en su aventura para nuestro país.
Lo declarado por Marco Rubio, senador republicano de Florida, sobre la presión que ejerce el mandatario estadounidense a las autoridades dominicanas para que acojamos a tres millones de haitianos en el país, debe tomarse con pinzas, pues estamos en medio de una lucha política tanto aquí como allá y todos buscan atraer simpatías.Lic. Alejandro Almázar
Pero sería descabellado, descartar del todo su pronunciamiento, aunque sabemos bien, el congresista sabe perfectamente que un ejército de dominicanos vota en las elecciones de USA y conoce por demás, del apego de los hijos de los Trinitarios a ese legado que desaprensivos nativos y extranjeros torpedean con frecuencia y pudiera buscar atraer esos votantes al ala de su partido.
Pero las tantas visitas que hace Abinader a Washington, puede que le den la razón al legislador conservador, pues parecería que se trata de venir a recibir órdenes de Biden y su Agenda 2030, que entre sus planes, tiene la anarquía migratoria, como ya hemos visto.
La República Dominicana, está en las peores manos en estos momentos, un presidente y funcionarios importantes comprometidos con acciones delictivas de narcotráfico y lavado de activos, a lo que la presente administración Demócrata le está sacando beneficios para obligarlos a negociar la Soberanía Nacional, cuando sea necesario.
Esto debe enseñarnos a depurar y elegir mejor, a no votar por cualquiera. No escoger figuras cuestionadas, poco transparentes para no poner en peligro el sagrado interés del pueblo dominicano. Ojalá, tengamos tiempo para evitar lo peor, meditando y reflexionando en el valor del voto en un proceso electoral.
El conflicto étnico en que nos están metiendo estas potencias y malos dominicanos, es una réplica fiel de los Balcanes. Exhorto a quienes ignoran esta historia a investigarla, hoy, que la tecnología nos lo permite, para que entiendan mejor del peligro al que están exponiendo estas personas a la patria de Duarte, porque luego será tarde.
Una historia compleja de principio a fin, marcada por muchos conflictos, tensiones étnicas, religiosas, culturales y políticas, muy parecido a lo que estamos enfrentados nosotros. Comenzó en la Edad Media, con la invasión de los Bárbaros, tras la caída del Imperio Romano en Occidente, los Balcanes, fueron invadidos por distintas tribus, que gradualmente ocuparon todo el territorio hasta convertirse en mayorías.
El último acontecimiento sangriento está reciente, por si nos sirve de algo. Tras la caída del comunismo y la disolución de Yugoslavia, en 1990, allí reaparecieron esos conflictos que trajo muchas muertes, conocida como la Guerra de Bosnia-Herzegovina, así como la Guerra de Croacia y Kosovo, heridas que siguen abiertas aún.
Nuestro rol es advertir, sólo nos mueve el interés de que, quienes tengan ojos para ver, vean, oídos para oír, oigan, para que luego no veamos y oigamos cosas que jamás hubiésemos deseado.
Finalmente, mi solidaridad con la familia Almeyda Rancier, por la partida del doctor Franklin Almeyda. La educación y la política pierden con su fallecimiento, aunque sus legados son imperecederos, hasta luego profesor.
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