Fuente: AP
MANGWE, Zimbabue (AP) — Con delicadeza e intensa concentración, Zanyiwe Ncube vertió su pequeña porción de valioso aceite de cocina en una botella de plástico en un centro de distribución de comida en una zona rural de Zimbabue.
“No quiero perder ni una gota”, dijo Ncube.
Su alivio por el reparto —pagado por el gobierno de Estados Unidos mientras su país del sur de África lidia con una grave sequía— se empañó cuando los trabajadores humanitarios explicaron con amabilidad que esa sería su última visita.
Ncube y su hijo de siete meses, al que llevaba en la espalda, estaban entre las 2.000 personas que recibieron raciones de aceite de cocina, sorgo, guisantes y otros suministros en el distrito de Mangwe, en el suroeste de Zimbabue. El reparto de comida forma parte de un programa financiado por la agencia estadounidense de ayuda USAID con distribución del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas.
El plan aspira a ayudar a algunas de los 2,7 millones de personas en áreas rurales de Zimbabue amenazadas por el hambre debido a la sequía que golpea gran parte del sur de África desde finales de 2023. El fenómeno ha secado las cosechas que decenas de millones de personas siembran para consumo propio durante lo que debería ser la temporada de lluvias, y que necesitan para sobrevivir.
Tanto sus cultivos como el tiempo son cada vez menos confiables.
La sequía en Zimbabue, la vecina Zambia y Malaui ha alcanzado niveles de crisis. Zambia y Malaui declararon situaciones de desastre nacional. Zimbabue podría estar a punto de hacer lo mismo. La sequía ha llegado a Botsuana y Angola al oeste, y a Mozambique y Madagascar al este.
Hace un año, buena parte de esta región se vio castigada por tormentas tropicales e inundaciones letales. Está inmersa en un devastador ciclo meteorológico: lluvia de más, después de menos. Es un ejemplo de los extremos climáticos que según los científicos se vuelven más frecuentes y dañinos, especialmente para las personas más vulnerables del planeta.En Mangwe, jóvenes y ancianos hacían fila para conseguir comida, algunos con carros tirados por burros para llevarse a casa lo que pudieran conseguir, otros con carretillas. Los que esperaban su turno se sentaban en el suelo polvoriento. Cerca, una cabra intentaba conseguir un bocado en un arbusto espinoso y deslucido.