Doña Florinda Soriano de Muñoz, mejor conocida como Mamá Tingó, nació en el sector de Villa Mella en Santo Domingo, Capital de la República Dominicana el día 8 de noviembre del 1921.
Era hija natural de la señora Eusebia Soriano. De su padre se tiene poca información.
Mamá Tingó quedó huérfana a
los cinco años y gracias al auxilio de su abuela Julita (Niní) quien la albergó
como una hija más. En este empobrecido hogar la niña se dedicó al trabajo
artesanal para ayudar a su abuela, fabricaban sillas de madera y guano de palma
usaban el cogollo, el cual hervían y secado al sol usaban para tejer las sillas
que vendían a los moradores de la comunidad.
Ya entrada en los 30 años y con
suficiente madurez acepta la propuesta matrimonial de Felipe Antonio Muñoz con
quien procrea 6 creatura entre varones y hembras. Consumada la unión matrimonial reciben una parcela que
le regala el padre de Felipe en el sector Hato Viejo, en Yamasá donde ponen hacer parir la tierra y con los frutos de ella desarrollan la familia.
Al cabo de un tiempo ella quedo viuda al morir su esposo, siguió al frente de la familia y más adelante se unió al señor Jesús María de Paula de quién afirmó su hija Bonifacia (Dora) Muñoz, que éste matrimonio no fue legal, sino como una especie de unión libre, es decir de manera consensual.
Florinda Soriano (Mamá Tingó) |
Ella y su familia vivían como el común de los campesinos del área, una casita o rancho construida de madera, tabla de palmas, techada de yaguas, piso de tierra y sin servicios básicos, registró sus hijos en la escuela, pero no terminaron la primaria, aunque superaron a su madre que era analfabeta.
Quien suscribe Arcadio Lugo Puello en 1979 trabajaba para el Ministerio de Educación en esa comunidad
y conocí parte de los hijos de Tingó, inclusive uno de ellos era chofer
de una camioneta y trasportaba pasajeros desde el mercado de Villa Consuelo a
Hato Viejo y otros campitos cercanos entre ellos, como Mata Cimarrona, Maimón,
Naranjo, Ranchito, Los Angelitos y otros. En ocasiones utilice sus servicios
para llegar hasta esa comunidad a impartir clases.
Tingó en su afán por
sobrevivir junto a su familia hizo diferentes actividades para generar ingresos, vendía
la carne de los cerdos que criaba, suplía de madera o lenas a panaderías. A
pesar de su limitado nivel de educación logró pertenecer a la Federación de
Ligas Agrarias Cristianas, FEDELAC.
Meses antes del horrendo
crimen el periodista Juan M. García visitó el sector de Hato Viejo y narra su
primer encuentro con Mamá Tingó, quien se expresó de la manera siguiente:
“Una negra inquieta. Hace tres meses, cuando los periodistas motivados
por el problema de los campesinos sin tierra llegaron a este lugar y reclamaron
a una de las primeras personas que vivieron aquí, se les trajo a Doña Tingó. O
no se les trajo, sino que ella misma salió del grupo y gesticulando habló en
voz alta. (…) «Yo siempre he vivido aquí sembrando yuquita, batata, cocos, ñame
y con algunos animalitos», dijo en esa ocasión. “
En ese mismo tenor, el escritor Guaroa Ubiñas en un trabajo titulado Historia y leyenda de Mamá Tingó recoge unas versiones que circulan en Hato Viejo donde se reza lo siguiente…”que el terrateniente Díaz intentó sobornarla, ofreciéndole dinero y un apartamento a cambio de que desistiera de la lucha que encabezaba por la tierra, a lo que Mamá Tingó habría respondido con una airada negativa, proclamando que «prefería que la mataran» antes
que abandonar el reclamo que
beneficiaría a los campesinos y campesinas ocupantes de los predios, y a la
descendencia de cada una de esas familias.”
LA TRAGEDIA, cuenta Bonifacia (Dora) Muñoz, hija de doña Florinda Soriano que el terrateniente PABLO DIAZ tenía interés en desalojar a su madre y a otros campesinos de esos predios, y que en el caso de su madre, esa parcela la había recibido a título de regalo de su suegro, el padre del esposo Felipe y que la había cultivado por más de tres décadas. . "Ese día, ERNESTO DIAZ, alias Turín, capataz del terrateniente PABLO DIAZ entró al conuco y comenzó a cortar la soga con la que mamá Tingó tenía amarrado a los cerdos.
Al ver lo que estaba pasando, ella salió y le ordenó al capataz de Pablo Díaz que saliera de su propiedad y dejara sus animales tranquilos. Después de esa discusión, él aparentó irse, pero se quedó acechando hasta que no hubiera nadie con ella y regresó a la propiedad.
Mamá volvió a salirle al frente y fue cuando Turín le disparó dos veces, a la cabeza y al pecho". Esto sucedió el 1 de noviembre del 1974. Se recordara que este acontecimiento se produjo en el período de los 12 años de gobierno del Dr. JOAQUIN BALAGUER y sus incontrolables.
Dora sigue narrando, que su asesino no sería el único en hostigar a
la líder campesina, ya que otros intentaron
atemorizarla pero no lo lograron porque ella tenía un carácter fuerte. Cuenta
que en una ocasión le arrebato una escopeta a uno de los hombres que la
amenazaban y, junta con otros
campesinos, fue a entregarla al destacamento de Yamasá y pienso que quizás no lo quitó del medio
porque ella no sabía manejar la escopeta.
La muerte de esta líder
agraria se sintió en todos los rincones de la República Dominicana,
porque los medios de comunicaciónes, artistas, las iglesias, Radio Santa María, se
hicieron eco de esta infausta noticia, la muerte de Mama Tingó, quien es
definida en la obra Mamá Tingó, La Resistencia Campesina , una
publicación del Ministerio de la Mujer como una guerrera, digna representante
de las campesinas de nuestro país, asesinada por su incansable lucha en contra
del despojo injustificado de tierras a las campesinas y campesinos residentes
en Hato Viejo de Yamasá, provincia Monte Plata.
En su honor se han erigido una estatua en su pueblo natal, se han nombrado edificios, calles, salones de
eventos, incluso, una parada del metro de Santo Domingo lleva su nombre, se han compuesto y grabado poesías y canciones alusiva su vida e igualmente algunas organizaciones e instituciones privadas también llevan su nombre. Aqui en esta ciudad de Nueva York existe un centro comunal con el nombre de Mamá Tingó.