Por Arcadio Lugo Puello
Manhattan, NY.-Juana de la Merced Trinidad, nació en la comunidad de Jamo, una sección de La Vega Real.
Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, solo se encuentra que nació en 1815. De igual manera es poco lo que se sabe respecto de sus familiares.
Se dice que creció allí como una muchachita vivaracha, traviesa, rebelde y saltarina, aficionada a subirse en los árboles a brincar y saltar de rama en rama en busca de sus frutos, de ahí se le estampó el sobrenombre de Juana Saltitopa.
La Coronela era reconocida por imponer sus criterios y deseos sobre los muchachones de la época, su carácter agitado e independiente con inclinación a cometer aventuras propias de los hombres y llevándole ventajas en algunas ocasiones.
Su patriotismo y arrojo se pusieron de manifiesto durante la Batalla del 30 de marzo de 1844 en Santiago de los Caballeros donde se desempeñó en diferentes roles por ejemplo iba al río a buscar agua que cargaba en su cabeza para mitigar la sed de los soldados dominicanos, ayudaba a refrescar los cañones, también hizo la labor de enfermera asistiendo y curando a los soldados heridos.
Esta heroína no reparaba el riesgo que corría en determinadas situaciones a que se enfrentaba de ahí que ganó el mote o apodo de La coronela. Su lucha al lado de los independentitas para sostener la independencia de la República Dominicana, le afianza su espacio en las páginas de la historia dominicana, aunque hay que reconocer que a pesar del coraje y entrega contra el poder usurpador de los haitianos recibió ciertas dosis de discriminación por su condición de mujer y por la creencia de ella era lesbiana lo que le atajó al momento de ocupar ciertos cargos propios de su rango.
Juana Saltitopa, activista y militar dominicana, con un alto grado de heroísmo donde pertenecer al llamado sexo débil no le impidió destacarse como el que más. Existen múltiples testimonios que hablan claramente de esta noble mujer.
“En un artículo publicado en “El Progreso”, de La Vega, el Dr. Jovino A. Espínola reprodujo el testimonio de Brígida Minaya (Mamá Billa): Sí; Juana en ese tiempo era una mujer más valiente que muchos hombres; te contaré que en una fiesta que dieron en la “La Jina Mocha”, yo presencié que Juana tendió de una bofetada largo a largo en el suelo a Bartolo Pérez, porque éste trató de abusar con ella echándole el brazo por el hombro y halandole una trenza.”
Continúo abundando acerca de la Coronela y dijo que, “en Santiago ella luchó mucho contra los franceses prietos [haitianos]; en esas peleas Juana echaba para adelante a los hombres que se acobardaron, atendía a los heridos, le pasaba agua a los combatientes para que calmaran su sed y refrescar los cañones, le llevaba pólvora en su delantal o en su pañuelo a los artilleros y les cantaba coplas a los soldados para que siempre estuvieran contentos y valerosos. “
Saltitopa permaneció un tiempo en Santo Domingo, inclusive ganando el sueldo de coronel y brindando servicios en el gobierno, pero parece que a Pedro Santana no le simpatizaba mucho y fue despedida de su cargo por lo que ella decidió regresar al Cibao.
“La Coronela inmortal,” ha sido merecedora de ser recordada por siempre y en ese sentido han sido nombradas, calles, liceos, escuelas y barrios, tanto en la capital como en Santiago y en su ciudad natal, La Vega. En Santo Domingo, la calle Juana Saltitopa comienza en la avenida Mella, sector de Villa Francisca, y culmina en la calle 17.
Se cree que la muerte de Juana saltitopa se produjo en el 1860 siendo acuchillada cuando se escenificó un enfrentamiento de camino entre los sectores Nibaje y Marilopez, camino hacia Santiago de los Caballeros.
ÚLTIMAS PALABRAS DE LA CORONELA:
“Dios mío, cúmplase en mí tu voluntad y sálvese la República Dominicana.”
