Por Arcadio Lugo
María Cristina Camilo, conocida entre los suyos como Maíta, nació en San Francisco de Macorís el 25 de diciembre de 1918, esta fecha es la más socorrida acerca de su nacimiento, pero posteriormente se ha logrado confirmar que nació en el 1917, esta inferencia se logró analizando el acta de nacimiento de su hijo Danilo que nació en el 1934.
Ella expresa que no conoció a su madre porque la misma murió cuando aún ella era una niña, entonces fue criada bajo el cuidado de su tía Basilia Camilo Pantaleón y su esposo Bartolo Amarante. Su tía era hermana de su padre y llevaba el mismo nombre que él que se llamaba Basilio Camilo Pantaleón.
María Cristina manifiesta que su infancia, adolescencia y parte de su juventud la pasó en su natal San Francisco donde se desempeñaba en el oficio de enfermera, pero también cursó estudios de locución, piano, arte escénico, y actuación en roles de teatro, cine y televisión. Estuvo casada con el señor José Francisco González Disla con quien procreó a su hijo Danilo González.,
La década del 50 marcó la pauta para el arranque de una dilatada carrera que a la fecha lleva más de 70 años cabalgando en el apasionante mundo de la comunicación, haciéndolo bien y dando ejemplo de entereza y profesionalismo.
Buscando la forma de mejorar su situación ya que, la clínica donde trabajaba solo le pagaba 20 pesos mensuales y además le habían negado el aumento que solicitó, siendo ésta otra razón de su traslado a la capital. Un día cualquiera escuchó un anuncio por la emisora la Voz del Yuna que solicitaban cinco locutores con título de locutor, bachiller y correcta dicción, ella reconoció y concluyó que aunque no era locutora reunía los demás requisitos y así se lo manifestó a Petán Trujillo, propietario de la Voz del Yuna, por lo que, se aventuró a participar en la audición y optar por un puesto, el cual no tardó en recibir el visto bueno.
Así las cosas, esta extraordinaria mujer se convierte en la primera locutora nacional en hablar por la Voz Dominicana. Debutó como presentadora en el primer programa, difundido por la recién inaugurada empresa el primero de agosto de 1952, La Voz Dominicana, canal cuatro. Su primera tarea ante las cámaras fue presentar el programa “Romance Campesino”, en vivo y directo. Tras su debut, María Cristina siguió con otras tareas, incluyendo la lectura de comerciales, con su voz en off. ´´
Ya con la experiencia acumulada desde que fue nombrada locutora en la radio La Voz del Yuna era de esperarse que de igual manera lo hiciera bien en la televisión y a decir verdad, lo hizo también de manera magistral que de sus 105 años edad lleva más de 7 décadas regalándonos los encantos de su voz y su singular sonrisa. Cuando en República Dominicana se habla de la Lotería Nacional inmediatamente llega la voz y la imagen de María Cristina Cantando los números de la Lotería Nacional.
Doña María Cristina ha sido merecedora de decenas de reconocimientos y condecoraciones tanto por instituciones públicas como privadas, por ejemplo, en 1977 fue condecorada con la orden de Duarte, Sánchez y Mella. En 1991, el Gran Micrófono de Oro, dos estatuillas Casandra, Premio Soberano a las Artes Escénicas por Acroarte, reconocimiento dispensado por el presidente Luis Abinader y muchos más.
De igual manera el Senado de la República no se quedó atrás, resoluta y hace entrega del siguiente reconocimiento “Maíta ha demostrado ser una gran mujer y profesional, que ha entregado su vida al fortalecimiento de los valores más auténticos de la sociedad e identidad nacional, pero también ha luchado porque se preserven los derechos de nuestros envejecientes. Por eso, y muchas cosas más; hemos querido entregarle este merecido reconocimiento,”
Afortunadamente, a la fecha de esta entrega podemos decir que contamos con la presencia de La Dama del buen decir está con nosotros, con algunas limitaciones propias de su longevidad porque muy pocos en el mundo superan la edad de cien años y ella carga con 100 y una moñita extra sigue siendo fuente inagotable de inspiración a muchos de los que incursionamos en el ámbito de la comunicación. Salud y cascadas de bendiciones para ella y los suyos.
