Por Arcadio Lugo
Posiblemente, usted al igual que muchos solo tienen acuñado en su cerebro la existencia del Premio Nobel para la Literatura, Medicina, Física, Química y la Paz, sin tomar en cuenta la preponderancia de las Matemáticas en el desarrollo personal y humano, en nuestra sociedad y el mundo.
El nacimiento de Alfred Nobel se registra en Estocolmo en 1833 y su muerte en San Remo, Italia en 1896, su dedicación a los estudios lo hicieron merecedor de los siguientes títulos, Químico, Ingeniero, inventor de la dinamita, fabricante de Armas. Es decir, fue un gran empresario para la época y además registró decenas de patentes. Un hombre rico, rico, rico y en su nombre se entrega el Premio Nobel.
El multimillonario, antes de morir y en pleno uso de sus facultades suscribió su testamento señalando en el que de su fortuna millonaria dejaba un fondo que por orden expresa del suscribiente se premiarán las personas que hubieran hecho mayores contribuciones durante el año anterior e indicando con claridad meridiana las áreas específicas del saber a premiar, ellas son: Medicina, Física, Química, Literatura y la paz.
Respecto a la exclusión de las matemáticas se han entretejido y enarbolado varias hipótesis a los fines de despejar esta duda y las razones que llevaron a Alfred a esta decisión, entre ellas encontramos PRIMERO: “El inventor y químico sueco Alfred Nobel, inventor de la dinamita, se sintió culpable de haberse enriquecido mediante un invento dedicado a la guerra. Por ello, en París, el 27 de noviembre de 1895 firmó en su testamento una forma de limpiar su nombre, los Premios Nobel.”
SEGUNDO: Esta es la más socorrida, posiblemente el morbo juegue su papel, según los tratadistas del tema, Alfred nunca se casó pero que tuvo sus amantes y que, la amante del momento le pegó los cuernos con un matemático sueco llamado Gösta Mittag Leffer. Pero sobre esto hay quienes creen que fue por el afán de dinero de ambos. Llegada esta noticia a oídos de Alfred, éste puso de manifiesto su olímpico mal genio y sólo atinó a decir, “pues no habrá Nobel de Matemáticas”. Y tristemente, los Matemáticos se quedaron oliendo donde guisan.
TERCERO: los que plantean que parece que simple y llanamente no le interesaban las matemáticas, esta fórmula abriga muchas dudas ya que este señor ligado a múltiples áreas del conocimiento seguro que en algún momento para sus cálculos y fórmulas, necesariamente tuvo que auxiliarse de esta ciencia. Pero como se dice que “el mal agradecido no tiene memoria”, ahí se confirmó.
CUARTO: en este paquete encontramos los que sostienen que fue un olvido propio de las ocupaciones del filántropo. Estos premios se entregaron por primera vez en el año 1901.
El ganador de este premio se lleva un efectivo aproximadamente de 10 millones de coronas suecas que traducidas al euro es algo más de un millón.
FINALMENTE, LOS MATEMÁTICOS ENCONTRARON UN PADRINO.
En 1936 un acaudalado canadiense de nombre John C. Fields donó una buena cantidad de dinero para El Premio Gordo de las Matemáticas, la medalla Fields. Ya se entregan varias medallas en cada premiación la cual se realiza cada cuatro años en ocasión de los Congresos Internacionales de Matemáticos.