Por Alejandro Almánzar
Pero ojo, en momentos de tanta confusión, el mismo pudiera prestarse a la complicidad de grupos que buscan salirse con la suya, valiéndose de un Nuevo Orden fabricado por potencias que pretenden repartirse el mundo y sus especies.
Algo así, como el río revuelto de donde se procura ganancia en la pesca con quienes distraídos y confundidos ignoran el pasado. Por injusticias que hoy percibamos en la sociedad dominicana, los jóvenes tienen un privilegio que nosotros no disfrutamos.
Pueden expresarse libremente, la condición de joven no amenaza su existencia, ir a una cárcel o desaparecer sin dejar rastros sólo por su juventud, aunque enfrentan el problema de la delincuencia y criminalidad que no deja de ser una iniquidad a sus derechos, como Joshua Omar Fernández, que salió a divertirse en el lugar equivocado para convertirse en su víctima.
Contrario a ellos, vivimos la época cuando al montarnos en un carro público debíamos andar (mudos) sin responder preguntas de cualquier “pasajero” que pudiera ser un (calié del régimen) que perturbara la paz familiar.
Sería tonto creer “casualidad” el reconocimiento del partido al hijo de Angelita Trujillo, o que a diario en redes sociales muestren obras “importantes” del dictador, cuando lo que se trata es de un guion bien pensado, pues como dije en mi último audiovisual, del Partido Dominicano, que sustentó la dictadura sólo desapareció su emblema.
Pero el aparato represivo y su militancia quedó intacto, refugiados en otra estructura llamada (Partido Reformista) que luego compraron la franquicia del Partido Social Cristiano para disfrazarla sin renunciar a la maquinaria represiva, criminal, conculcadora de derechos a quienes no comulgaban con sus ideas.
Lo antes dicho, no persigue atribuirle al nieto acciones de su abuelo, pero es ese mismo personaje, quien en su discurso asume como suyo un pasado del que quizás ni siquiera tenga conciencia de lo que muchas familias vivieron en dicha tiranía.
Incluso, abdicar de su apellido paterno para asumir el materno, envía una clara señal que de alcanzar algún día el poder actuaría en consonancia con ese nefasto pasado, aunque algunos creen con eso intenta aglutinar la fuerza trujillista.
Pero que el país caiga alguna vez en ese lúgubre pasado, es culpa de los mal llamados demócratas que no han convencido a la población de las ventajas que tiene vivir libres para estudiar, transitar, pensar y hablar, porque muchas veces entre ambos sistemas no se observa diferencia alguna.
Ante el fracaso de la llamada democracia, algunos que no vivieron, ni conocen la historia de esos irrepetibles procesos se aventuran a un día despertar en medio de otra pesadilla, pues no es verdad, los Trujillo quieren retornar al control del Estado para fortalecer la débil democracia que tenemos porque esta gente no cree en eso.
Buscan recuperar la finca que administraron como dueños absolutos, bienes robados al Estado, que otros ladrones aprovechando su muerte también se robaron y como comprometido con la verdad, sólo puedo rememorar ese maldito ayer, para que, el que tenga ojo, vea y oído, escuche, para que quienes jugando al olvido no nos retrotraigan a esas noches tenebrosas ya superadas.
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