Por Arcadio Lugo Puello
No pregunten que puede hacer tu país por ustedes…pregunten que pueden hacer ustedes por su país… Las frases se hacen celebres en la medida que su mensaje repercute directa o indirectamente en la vida de los seres humanos y estas hacen de su autor una celebridad para el presente y la inmortalización en la posteridad aun con la desaparición física del pensador.
Esas indelebles frases se anidan en la memoria y en el corazón de quienes las escudriñan o las encuentran por accidente y hacen de ellas un punto de apoyo o como una brújula que le sirve de referente para su accionar cotidiano y ésta que encabeza esta nota pronunciada por John F. Kennedy se va transmitiendo de generación en generación lo que indica que pervivirá en el tiempo.
John Fitzgerald Kennedy, fue el presidente número 35 de Los Estados unidos, nació el 29 de mayo de 1917 en la ciudad de Brookline, Massachusetts, hijo de una familia católica compuesta por los esposos: Joseph P. Kennedy y Rose Fitzgerald. Además de John se cuentan Joe, Rosemary, Kathleen, Eunice, Pat, Jean, Bobby y Teddy. su padre fue un gran comerciante de la época, ligado a banqueros y políticos.
El padre de John se encargó de fomentar en sus hijos una firme disciplina y un sano espíritu de competencia y le recalcaba no me importa lo que hagáis en la vida, sed los mejores del mundo. Si habéis de picar piedra, sed los mejores picapedreros del mundo. John realizo sus estudios en Canterbury School de Connecticut y luego llego a la universidad de Harvard, pero su sistema de salud lo hacía verse como un chico debilucho quien en la universidad no alcanzo altas calificaciones solo en economía y ciencias políticas tuvo mejor abaraje porque los deportes eran los que le interesaban.
La familia Kennedy a pesar de su sólida posición económica no escatimo esfuerzo para formar y desarrollar un férreo carácter a sus descendientes, no aceptaban que los chicos estropearan el dinero y los indujeron a no fumar ni beber hasta tanto no cumplían los 21 años de edad y esta conducta le permitió ser premiados, premio que consistía en que cuando nacía un niño, el clan de los Kennedy le reunía un millón de dólares que se los depositaban en un banco a nombre del niño y solo haría uso del millón cuando este alcance la mayoría de edad. De ahí que se dice que los Kennedy nacen millonarios.
John a pesar de sus debilidades en su sistema de salud decidió ingresar a la marina y lo logro, siguiendo los pasos de su hermano Joe quien se había alistado en la Aviación. El ingreso del futuro presidente de USA coincido con la segunda guerra Mundial y fue nombrado comandante de una lancha torpedera que hacía de guardia en el pacífico. Todo iba bien pero el 2 de agosto del 1943 una noche combatiendo contra los japoneses, un destructor japonés partió la patrullera de Kennedy en dos mitades, murieron varios de sus compañeros, y él pudo arrastrar hasta la orilla a uno de sus compañeros herido en una pierna, este gesto lo hizo merecer el título de héroe de guerra.
En el 1944 muere en accidente su hermano Joe en un accidente aéreo, poco tiempo después en 1945 su padre pidió a John participar en la política ya que el viejo tronco vio en él varios aspectos que le permitirían adentrarse con facilidad en el mundo de la política y así fue entro a formar parte del partido Demócrata y para 1946 logra la diputación del Partido demócrata por Boston en el Cámara de Representantes logrando ganar las 2 elecciones siguientes 1948 y 1950.
Poco tiempo después decide sacar tiempo para el amor y es cuando es hechizado por la mirada de una reportera de un periódico de Washington, la señorita Jacqueline Lee Bouvier y, el 12 de septiembre 1953 se casan con una concurrencia de más de mil invitados y con ella cual procreo a los niños John, Caroline, y Patrick. Sus problemas de salud lo hacen tomar una pausa obligatoria, pero en 1956 alza ancla de nuevo y se incorpora a la política y en 1956 se lanza a la búsqueda de la vicepresidencia, pero fue derrotado. John no se duerme en sus Laureles y en 1960 lanza su candidatura a la presidencia y en las elecciones de ese año se alza con la victoria.
Hombre de palabra, toma posesión el 21 de enero de 1961 como el presidente número 35 y, de inmediato empieza a cumplir sus promesas de campaña, libertad para Martin Luther King, la integración racial, relanzamiento de la economía, impulsos a la cultura y las artes, programa de reforma agraria, inversión privada, concesiones de crédito, impulso al sistema educativo, control de armas, seguimiento activo a la política internacional entre otras de capital importancia para el progreso desarrollo de la gran nación y sus gentes.
Confirmada la muerte, se procedió a dar cumplimiento del mandato constitucional respecto a la desaparición definitiva del presidente y se dio paso a Juramentar al vicepresidente Lyndon Johnson para completar el periodo presidencial. El principal aeropuerto de Nueva York lleva el nombre del expresidente Kennedy así como grandes avenidas en otros países.
Por Arcadio Lugo Puello
