NEW YORK.- A raíz de haber sido desfavorecido por los resultados de mis aspiraciones a Regidor por el PRD en el municipio de Baní, de dónde somos oriundo, en las diligencias propias del pataleo, establecí relaciones con el entonces Procurador General de la República, doctor Virgilio Bello Rosa, obviamente en su condición de alto dirigente de nuestra organización, quién ya daba visos de aspirar a la presidencia nacional de esa entidad, para reclamar lo que entendía no fueron unas convenciones limpias en Baní.
Mis reclamos no prosperaron, sin embargo, salí ganando de todas maneras. Primero ese señor, con don de gente, humilde y visionario, me ofreció como consuelo este consejo:"Chalas en política a veces perdiendo se gana", en el momento no entendí el mensaje y regresé a mi pueblo consolado pero no conforme, no obstante, en ese momento que a penas era dirigente municipal, días después como recompensa por mis reclamos, él gestionó un ascenso político llevándome a miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PRM.
Dr. Virgilio Bello Rosa |
A partir de ese instante comencé a entender la moraleja del consejo del jurista Bello Rosa. Ya estaba ganando y mucho, debido a que a partir de ahí mis relaciones políticas y personales con los más elevados dirigentes de nuestro partido se fueron ampliando y consolidando hasta el día de hoy, y obviamente, después de ello confieso que hemos gravitado siempre al más alto nivel político.
Hago esta remembranza para recordar a ese ejemplo de hombre integro, capaz, leal y luchador por los mejores intereses de nuestra nación como lo fue el doctor Virgilio Bello Rosa. Un hombre de Estado, prudente, inteligente y respetado por la sociedad dominicana por sus dotes morales y profesionales.
Su muerte nos dolió a muchos ciudadanos y ciudadanas, sobre todo, a activistas y dirigentes del antiguo PRD y del hoy Partido Revolucionario Moderno (PRM), en el que él nunca militó, ya que permaneció en el PRD, pero que siempre me confesó que sus últimos esfuerzos en política lo hacía por la unificación de esas dos fuerzas políticas que surgieron del mismo ideólogo como lo fue el doctor José Francisco Peña Gómez.
La República Dominicana perdió un gran ciudadano. Persona honesta y con mucha ética y respeto por nuestra historia y las luchas de nuestro país. Ese distinguido profesor de Historia, jurista de prestigio dejó un legado de lucha y sacrificio por la democracia que hoy todos vivimos. Ocupó varios cargos en la administración y ni siguiera el polvo de los escritorios se le pegó, ya que fue un hombre honrado y respetuoso de los bienes públicos.
Escribo estas líneas como despedida póstuma a un amigo y servidor público que nos honró con su amistad y apoyo solidario tanto a mi como a mi hermano Marino Luis Chalas Tejeda (Cedeño), quién reside en la ciudad de Boston. Aprovecho el momento para enviar sus condolencias a sus hijos Virgilio, Wilfredo, a su hija, Indira, así como a su esposa, la doctora Miriam Gónzalez. Descanse en Don Virgilio Bello Rosa.