Por Alejandro Almánzar
Motivos habrán tenido quienes de una forma u otra se propusieron dominar al mundo y sus ocupantes. Desde las prédicas teológicas, hasta la Filosofía que definen la existencia responden al mismo propósito, dominación y confundir sobre la presencia de nosotros en la tierra.
Llenándola de injusticias, haciéndola invivible, cual selva, donde sólo pueden cohabitar especies que, entre sí, no se puedan devorar. Lanzados a un mundo, donde todo tiene precio, incluyendo vivir por “mandato” de un Dios inverosímil.
Según investigadores, la primera raza humana era (Hermafrodita), dos en uno, que luego fue separada en hembra y varón; ante el éxito logrado a través de esa manipulación científica, hoy sus afanes se concentran en crear otros géneros para los cuales ni siquiera definiciones tienen, aunque esto raye en lo anticientífico, tenemos que aceptarlo para no encajar con los “discriminadores”. Lic. Alejandro Almánzar
No soy científico, pero me arriesgo a afirmar “lo que muchos llaman desviaciones del sexo” en el individuo, pudiera tratarse de la lucha entre lo humano y el espíritu, el primero queriendo imponerse al segundo y este revelando lo que se oculta.
Un tema para que estudiosos de la sexología lo investiguen bien, para encontrar el origen de las llamadas desviaciones que, en el fondo, tal vez, no sean tales, si no, una razón o causa natural que nos conecta con el origen de la humanidad.
Es una nimiedad, distraernos en la predilección sexual de alguien, algo muy personal, de lo que este ni siquiera escogió, como cualquiera que nace con una condición especial de salud, que la única “extrañeza” sería su diferencia con el resto.
Resulta ridículo, que alguien se mofe de un homosexual o lesbiana, y peor, que se obligue a los demás a buscarle un género inexistente a esos grupos que no sea el que la ciencia les asigna, eso que ya crea conflictos sociales con embarazos no deseados incluido.
En el afán de acumular poderes, la propia homilía que fue destinada para guiar a los humanos hacia la espiritualidad ha sido desviada a fines de dominación y esto es justificado con las necesidades que el mundo demanda para la apariencia.
El tema crea cada vez mayor confusión, pues mientras hablan a la persona de su (Libre Albedrío) religión y ciencia se entrometen en sus determinaciones, eliminando la capacidad de pensar del individuo. La familia dejó de ser centro de adoctrinamiento, lo que cada vez toma mas fuerza con el avance de la tecnología, nada "casual".
Si Confucio viviera, se enteraría de que quienes lo ridiculizan, en gran proporción lo han superado, porque los nuevos guías sólo siembran confusión en el mundo. Antes, éramos guiados por quienes de ciencia y religión nada sabían.
Pero la experiencia acumulada con los respetivos nacimientos, de aquellos ancianos, adquirimos la mejor orientación y formación, sin que queramos vivir en el ayer. Porque volver al pasado, es como querer bañarse con el agua que por debajo del puente pasó.
Pero a las equivocadas enseñanzas no escapa la educación e iluso sería, pretender así no sea, cuando es parte del menú que persigue dominar y distorsionar, siendo esta un producto de quienes en nombre de la Teología imponen todo a la humanidad, incluyendo el cómo pensar, qué escoger y rechazar, como si el cerebro de los demás sólo existiera como pieza de museo.
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