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Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almánzar
Raras veces pasa un día sin enterarnos del vecino, amigo o compañero de trabajo que falleció súbitamente. Todos con el mismo denominador común, “un ataque cardíaco” dicen sus parientes, quienes sólo pueden llorarlos e iniciar el trayecto hacia la llamada morada final, despidiéndolos con un "descanse en paz”.
Con su respectiva misa de cuerpo presente, donde el oficiante “clama a Dios” lo acoja en su regazo celestial. Pero a los que se les dificulta encontrar la paz son sus amados deudos, que sorpresivamente lo ven partir “sin retorno”.
La gran incógnita es, que casi siempre son jóvenes llenos de sueños, empezando a vivir. Morir, es algo natural y normal, para lo que sólo se necesita nacer, porque como ley inapelable nos enseñan que todo lo que "nace muere".
Y quizá en la “muerte” los pobres tengan la mejor recompensa, lo único que no nos discrimina, pues a ella no escapan los dioses terrenales, porque no han encontrado el antídoto de obtener la eternidad con el primer nacimiento.
Que tampoco han encontrado cómo sobornar a “Dios”, para que les permita vivir por siempre aquí disfrutando las fortunas amasadas sin tener en cuenta medios lícitos e ilícitos. Lo hasta aquí dicho, lo explica la Teología en su recital de religiones que ofrecen la salvación y la gloria después del fallecimiento.
Algo que no es mucho lo que se entiende, pero la idea precisamente debe ser esa, que nadie entienda mucho y mejor si nada comprende. La preocupación mayor en este momento es que esto muestra ribetes de peste, sin que discípulos de Hipócrates se tomen un tiempecito para proveernos explicaciones científicas que lleven tranquilidad.
Desde que apareció la Covi19, el mundo vive una crisis mental, mientras las informaciones difundidas traen mas desconciertos que sosiego, dejando tantas interrogantes sin respuestas y para colmo, un tema manejado con tanto enigma, que incluso, profesionales de la ciencia médica muy poco pueden hablar.
Los medios de comunicación, por complicidad o temor, ni siquiera investigan, aunque la especulación cobra fuerza entre quienes buscan saber, por qué luego de vacunados contra dicha pandemia tanta gente de repente se encuentra con la muerte.
Ante la falta de una orientación adecuada, el común atribuye el fenómeno a unas vacunas fabricadas al vapor, cuando es sabido que esto se lleva años de investigación y pruebas en animales para luego aplicarlas a humanos.
Y peor, saber que las farmacéuticas en ese negocio se curaron en salud, obligando a los vacunados a firmar un documento que les descarga de cualquier responsabilidad penal, todo eso en complicidad con los gobiernos.
Tratando de apaciguar el morbo y la preocupación de la población, sin dar crédito a la presunción del vulgo, salí en busca de alguna explicación de expertos, pero no es mucho lo que se encuentra de un "extraño" acontecimiento que sólo en la semana que transcurre me enteré de 8 o 10 defunciones de personas jóvenes mayormente.
En esas diligencias, llegué al (Portal Saber Vivir) que ofrece la siguiente explicación del doctor Diego Félix Arroyo, un investigador sobre el particular. Quien dice, “vivimos en una sociedad desarrollada, en la cual los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo prevalecen”.
El facultativo identifica esta causa y yo agrego otra, la hookah y cigarrillos electrónicos son elementos que pueden causar tantos decesos repentinos también.
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