Por: José A. Encarnación G. HAINA.- Siendo Haití el primer país del caribe en independizarse poniendo el ejemplo de libertad de las Américas...
Por: José A. Encarnación G.
HAINA.- Siendo Haití el primer país del caribe en independizarse poniendo el ejemplo de libertad de las Américas, ha cargado consigo un legado de desorden socioeconómico y político que está cargando los hombros de nuestro país, al grado de herir la economía y estabililidad social dominicana.
En su momento el país mas prospero de las colonias en tiempos del colonialismo europeo, y
con fuertes arraigos políticos, económicos, y militares que le permitieron establecer su
poderío invasor durante 22 años en territorio del Santo Domingo Español, la cual estuvo un
ensayo fallido con la independencia Efímera de Núñez de Cáceres. Hecho que se mantuvo
hasta el trabucazo de independencia lanzado en la Puerta de la Misericordia para un día 27
de febrero del 1844 lograr la creación de la Republica dominicana.
Después de estos hechos históricos la vecina República de Haití, con la cual compartimos la
bella Quisqueya (Isla de Santo Domingo), comenzó un deterioro sistemático que le ha llevado
de la prosperidad en sus inicios como primada independentista a ser el retroceso
socioeconómico y político que país alguno ha vivido en las américa y gran parte del mundo.
Con estas penurias en sus pies y manos nos han lanzado sus cargas económicas, sociales,
políticas y de salud a nuestras espaldas, directa e indirectamente. Hoy la Republica
Dominicana siembra en el cordón umbilical de la frontera un muro que pretende salvaguarda
y detener la avalancha sistemática de inmigrantes Haitianos nuestro país, unos en busca de
sustento económico, otros en escape al vandalismo imperante que le ha robado el poder a los
que ilusamente creen ser los líderes del estado de dicha república; y están los que por razones
de salud, garantizar el proceso a las parturientas y otros males vacían las reservas
presupuestarias de la Republica Dominicana para la salud y la educación de sus ciudadanos.
El estado dominicano durante décadas ha cargado con esa herencia histórica de los
pobladores de la otra mitad de la isla, pero lo peor es que gran parte de esos males fueron
heredados de los que durante siglos exprimieron las riquezas de Haití, sin devolver a cambio
la garantía de salud, educación, fortaleza política e institucional, que les permita avanzar al
desarrollo, dándoles la espalda y dejando a la Republica Dominicana ser el gran auxilio de
sus vecinos Haitianos, en deterioro de su desarrollo cono nación.
Hoy el Excelentísimo Señor Presidente de la Republica Dominicana Lic. Luis Rodolfo
Abinader Corona, ha planteado la necesidad de que la comunidad internacional se quite las
vendas programadas, y acompañe a la República Haitiana a encausar caminos de desarrollo,
y establece:
“Nuestra preocupación por el continuo deterioro de la institucionalidad, la situación de
permanente inseguridad y el absoluto descalabro socioeconómico de Haití es cada vez
más creciente”, expresó en su discurso ante la Asamblea Nacional, en ocasión del 178 aniversario de la Independencia Nacional. (Discurso de rendición de cuentas del 27 de febrero del 2022) Con el planteamiento claro de que: “Republica Dominicana no cargará por si sola con la situación de Haití y defiende construcción de verja fronteriza”. Tal y como ha sido el llamado del presidente a sumar todos los esfuerzos de las naciones a fin de dar seguimiento a los nacionales Haitianos, cada ciudadano Dominicano está en el deber y obligación de levantar su voz como nación y apoyar al estado Dominicano para exigir a los organismos internacionales y sobre todo las naciones con mayor desarrollo económico y político, a que intercedan por aquellos ciudadanos Haitianos que no pueden ser protegido por su propio estado, ya que han perdido el control a manos de las pandillas delictivas, el descenso socioeconómico casi a cero, una salud amenazada por diferentes epidemias virales y mal nutrición, más una educación fraccionada al mínimo y sin esperanza de reorganización interna. Nuestro vecino país repite cíclicamente el vacío de poder y socio económico, y como paradoja del destino en sus peores momentos la fuerza de la naturaleza y las enfermedades les toman de la mano como nación para acarrearlos a una mayor destrucción como nación. Así que, no nos tilden de racistas y xenófobos. porque como ciudadano que trata de solapar las situaciones de su vecino, dándole un poco de apoyo moral, económico o espiritual, no en deterioro de los propios en casa, quitándole el derecho a la salud, comida y educación, como está viviendo nuestra república. Levantemos la bandera de nuestras voces y gritemos una vez más: “REPUBLICA DOMINICANA, NO PUEDE CARGAR SOLA A NUESTRA VECINA REPÚBLICA DE HAITÍ”