Por Alejandro Almánzar
A pesar de la importancia que para la humanidad representa la ciencia desde que el hombre piensa, de los beneficios que aporta al desarrollo de ideas emanadas del cerebro, no hay dudas, la misma ha devenido en el bumerang que nos golpea.
Porque en ella, quienes buscan dominación, encontraron la fórmula para someter a los débiles. Es mediante el método científico, que pasan de artefactos rudimentarios, a las que incluso, pueden llevar a la extinción del planeta.
Al final del siglo XX, Los Estados Unidos y aliados, invadieron a Iraq, bajo el pretexto de poseer armas de destrucción masivas, lo que luego resultó falso y que el móvil era el oro negro, que buscaban para adueñarse por completo de ese mercado.
Nada extraño, las guerras que estas potencias han librado, regularmente han estado inspiradas en lo económico mas que lo ideológico, aunque algunas las han justificado de tal. Pero estudiar el comportamiento imperial será tema de otro trabajo.
La realidad nos muestra hoy, que la ciencia la han convertido en el arma mortífera que amenaza la permanencia humana, en lugar de evitar su “muerte o enfermedades”. Incluyendo la medicina, que en estos momentos el enfermo, en lugar de ser un (paciente), es considerado un (cliente) al que hay que explotar económicamente.
Es que, la ciencia como la política, fue convertida en columna del capitalismo, donde la vida tiene poca importancia, mientras acumular fortunas queda supeditado a todo. Por eso actualmente el mundo vive su época más oscura que la historia nos recuerde.
Donde incluso, países pequeños, se ven obligados a invertir los recursos que debieron emplear en salud y educación, a usarlos para artillarse con armas nucleares, para defenderse de la furia de intereses imperiales, que buscan arrebatárselo todo por la fuerza.
Y deben tener razón, tal vez, ingenuos sean, quienes están mirando el futuro en función de robarse los bienes del Estado para acumular riquezas, porque si la soberanía de un país depende de estas, quienes no la posean, ya saben que se convertirán en el rebaño de mansas ovejas, que el lobo (fuíquiti), se las comió.
Oímos hablar de detener su proliferación, pero nadie da el primer paso, porque como fieras salvajes, se temen y se odian, mientras la gente se convierte en sus objetivos de manipulación. Fíjense que, sin salir de la pandemia, inician una guerra que podría extinguir a la raza humana.
¿Qué significa guerra nuclear? Esta traería, según científicos, un (verano nuclear) ¿Qué es esto? Fenómeno climático, que surgiría tras el uso de armas nucleares, que generará una enorme nube de ceniza y polvo que, durante meses, impediría la luz solar sobre la tierra.
Eso indica, que si no poseer armas de destrucción masivas o nuclear, representa perder la protección territorial y soberanía, los gobiernos se verán obligados a recurrir a estas, para frenar el apetito de dominación de las potencias.
Sólo que el Nuevo Orden traiga cambios, como eliminar fronteras, unifique culturas, creencias, hábitos e idiomas, lo que con el desarrollo de la tecnología es posible, pues de lo contrario, los países seguirán blindándose con armas de destrucción masiva, amenazando la existencia del planeta.
Nos fortalece saber, que contrario a las prédicas que nos muestran como esa imagen que vemos frente al espejo, somos esencia viviente. Que deberán conformarse con detener nuestro proceso evolutivo y nada más.
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