Por Ramón Mercedes
NUEVA YORK.- Jumaane Williams y la hispana Ana María Archila, candidatos a gobernador y vicegobernadora por este estado, donde reside más de un millón de dominicanos, tienen un plan de 10 puntos contra la violencia, llamado “comunidades seguras y prosperas”, sustentado en mil millones de dólares.
Expresan que “con esta financiación histórica y necesaria podremos poner en marcha programas comunitarios de prevención de la violencia, de servicios a víctimas fuera de NYC, e institucionalizar programas piloto que funcionan en los cinco distritos.
“Mientras tanto, estamos dejando de lado la prevención de la violencia que salvan vidas e importantes programas y sistemas de servicios para jóvenes y víctimas. De hecho, muchas ciudades y zonas del estado apenas cuentan con programas de intervención comunitaria contra la violencia armada”, indican.
“El plan consistiría, a parte de la inversión de los mil millones de dólares, construir una infraestructura de salud mental en todo el estado para que los neoyorquinos puedan acceder a los servicios y apoyos de salud mental en sus comunidades”.
“Desarrollar un programa estatal de respuesta al trauma para las comunidades y los barrios desgarrados por la violencia. Invertir más recursos en estrategias de base comunitaria para prevenir y abordar la violencia interpersonal, como los delitos de odio, violencia doméstica y sexual”.
Asimismo, “poner en marcha un plan de inversión en vivienda, empleo e infraestructuras en los barrios del estado con mayor número de violencia armada y muertes por sobredosis. Detener el flujo de armas en las comunidades centrándose en la cadena de suministro de armas. E interrumpir los ciclos de encarcelamiento e inestabilidad proporcionando apoyo y recursos a los neoyorquinos actuales y antiguos encarcelados”.
Además, “defender las reformas de los derechos civiles por las que tanto se ha luchado y desmantelar las injusticias raciales que plagan nuestro sistema de justicia penal. Poner fin a la fracasada guerra contra las drogas, tanto en el estado como en el interior, e invertir en una atención y un apoyo compasivos para las personas y las comunidades”.
También, “garantizar una actuación policial responsable, transparente y centrada, de modo que se responda a situaciones agudas que requieran específicamente la aplicación de la ley.
“Durante demasiado tiempo, hemos financiado muy poco los programas orientados a la comunidad que han demostrado, tanto a nivel local como nacional, que ayudan a reducir la violencia”, indican Williams y Archila en su plan.
Explican que el statu quo de gastar miles de millones de dólares en detenciones, procesamientos y encarcelamientos simplemente no ha funcionado para reducir, y mucho menos para poner fin, a los niveles inaceptables de violencia a los que se enfrentan los neoyorquinos cada noche.
Consideran que esto tiene que cambiar rápidamente con un gran compromiso estatal, ampliando rápidamente el apoyo a los programas basados en la evidencia, incluyendo grupos como Advance Peace.
También debemos aprobar la Ley de Soluciones, no de Suspensiones, para empezar a desmantelar y revertir el proceso de transición de la escuela a la cárcel para los jóvenes afroamericanos.