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Por Araceli Aguilar Salgado
“La delincuencia organizada se ha convertido en un perpetrador central de desapariciones en México, con diversos grados de participación, aquiescencia u omisión de servidores públicos.” Carmen Rosa Villa Quintana
El Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU dio a conocer los hallazgos que obtuvieron tras visitar México el año pasado
El número de víctimas de ese delito asciende a 95.121. Un comité de la ONU de derechos humanos pide al Estado la adopción e implementación de una política nacional de prevención y erradicación de las desapariciones.
El Comité Contra las Desapariciones Forzadas (CED) de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aseguró que los servidores públicos y el crimen organizado son responsables del creciente número de desapariciones forzadas en México son los servidores públicos, tanto del ámbito federal, estatal y municipal, como el crimen organizado, al que considera perpetrador central de las desapariciones.
Durante la presentación de su informe sobre la visita que realizaron del 15 al 26 de noviembre de 2021, el órgano de expertos independientes instó a tomar acciones inmediatas para acabar con la impunidad absoluta y a instaurar una política nacional que sirva para prevenir esta tragedia humana.
“El Comité urge al Estado a la adopción e implementación de una política nacional de prevención y erradicación de las desapariciones que aborde el conjunto de observaciones y recomendaciones presentadas en su informe por el Comité”, destacó su presidenta, Carmen Rosa Villa Quintana.
El análisis del Comité concluye que las desapariciones forzadas son “una situación o cuestión generalizada” e indicó que a 26 de noviembre el número de personas registradas que fueron víctimas de ese delito ascendía a 95.121, 112 de ellas durante la visita del Comité.
“Entre el 2006 y el 2021 se produce un crecimiento exponencial de las desapariciones en el país. Esto es un 98% del total de desapariciones que ocurrieron durante dicho periodo”, acotó.
Roda indicó que la mayoría de los desaparecidos son hombres de 15 a 40 años, aunque se advierte que las cifras oficiales reportan una creciente tendencia a la desaparición de niñas y niños a partir de los 12 años, aunque también se debe incluir a los adolescentes y a las mujeres.
La experta añadió que “se trataría de desapariciones que tendrían como objeto ocultar la violencia sexual, el feminicidio, la trata y la explotación sexual”.
También mostró su preocupación por la desaparición de los defensores de los derechos humanos y de más de 30 periodistas entre el 2003 y el 2021, ya que “ninguna de estas personas ha sido localizada y las investigaciones y las sanciones a los responsables no han tenido avances”.
Del mismo modo, el Comité consideró de “particular preocupación” la victimización de las mujeres ya que durante las desapariciones son las que se quedan a cargo de las familias y se encargan de la búsqueda de sus seres queridos por sus propios medios.
“Además de los efectos sociales y económicos, son también víctimas de violencia, persecución, estigmatización, extorsión y represalias”, añadió.
La impunidad es un fenómeno estructural
Otro de las alarmantes tendencias que refleja el informe es que la tendencia al aumento de las desapariciones fue facilitada por la existencia de una impunidad “casi absoluta”
“La impunidad en México es un rasgo estructural que favorece la reproducción y el encubrimiento de las desapariciones forzadas y pone en peligro y causa zozobra a las víctimas, a quienes defienden y promueven sus derechos, a los servidores públicos que buscan a las personas desaparecidas e investigan sus casos y a la sociedad en su conjunto”, dijo el Comité.
Villa Quintana resaltó que tan solo en los últimos cinco años, se han presentado ocho mil casos de desaparecidos. Esto a pesar de que la población ha dejado de creer en las autoridades.
En este sentido, el CED instó a las autoridades mexicanas para que se eliminen los obstáculos que impiden que se lleven a cabo persecuciones penales, al igual que se deben atender las desapariciones de migrantes y abordar la crisis forense.
Hasta el 26 de noviembre del año pasado, solo se judicializó entre el 2 y el 6% de los casos de desapariciones forzadas y a nivel nacional solo se han emitido 36 sentencias en los casos dedicados a este delito.
“La actitud pasiva de las autoridades frente a las desapariciones forzadas contribuye a la notable falta de confianza de las víctimas en las autoridades. Frente a ello, un alto número de casos de desapariciones no son denunciadas”, resaltó.
Finalmente, la presidenta del CED enfatizó que es importante que el gobierno mexicano abandone el enfoque de militarización a la seguridad pública’.
“Al CED le preocupa el enfoque militarizado de la seguridad pública, adoptado por el Estado para combatir la delincuencia, pues ha sido insuficiente e inadecuado en lo que atañe a la protección de los Derechos Humanos”, aseguró.
Esta inquietud es causada por las 162 recomendaciones que ha presentado la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en contra de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y de la Secretaría de Marina (SEMAR)
Los actuales servicios forenses no son suficientes
El tercer y último gran eje que destaca el análisis es la crisis forense a la que se enfrenta México.
Según datos públicos, más de 52.000 personas fallecidas no identificadas se encuentran en fosas comunes, instalaciones de los servicios forenses, universidades y centros de custodia y almacenamiento forense.
“Los servicios forenses son insuficientes y varios de los instrumentos previstos en la Ley General todavía no han sido establecidos y no se cuenta con una política pública de identificación humana en relación con la desaparición de personas”, indicó.
Además, el Comité tomó nota de que, pese a los avances institucionales y legales, el Plan Nacional de Búsqueda no se ha implementado para llevar a cabo búsquedas e investigaciones.
Recomendaciones
En el apartado de recomendaciones, el informe identifica las medidas que debería tomar México “para implementar una política nacional para prevenir y erradicar las desapariciones forzadas”.
El Comité también urgió a la nación norteamericana “a fortalecer los procesos de búsqueda e investigación, brindar apoyo humano y financiero adecuado a la Comisión Nacional de Búsqueda y a las comisiones locales, y asegurar la coordinación sistemática y efectiva de todas las instituciones involucradas en el proceso de búsqueda, investigación, reparación y acompañamiento a las víctimas”.
“Para que en México la desaparición deje de ser el paradigma del crimen perfecto, la prevención debe ser el centro de la política nacional para la prevención y erradicación de las desapariciones forzadas”, concluyó el Comité.
El Comité contra las Desapariciones Forzadas supervisa la adhesión de los Estados partes a la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas. El Comité está integrado por 10 miembros que son expertos independientes en derechos humanos procedentes de todo el mundo, que actúan a título personal y no como representantes de los Estados partes.
“Es importante que el Estado ponga un peso especial en tener una Guardia Nacional civil, de personal preparado para prevenir y brindar seguridad a los ciudadanos”. Carmen Rosa Villa Quintana