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Alejandro Almanzar |
Aunque, nunca han faltado las voces que se levantan para denunciar la perversidad de quienes obran contrario al interés nacional, para beneficiarse ellos, sin importarles un carajo, la suerte de la población que con sus votos los lleva a cargos oficiales.
A la familia Abinader, por segunda vez le toca desvelar malas prácticas de quienes van al Estado a hacer negocios con quienes viven al asecho de buscarse unos cuartos. En 1979, José Rafael Abinader, padre el actual mandatario, siendo contralor general de la República, debió entablar una demanda contra la minera Golf And Western, para que esta devolviera 38.7 millones de dólares, dejados de pagar al Fisco.
El contrato firmado entre el gobierno de Mejía y la compañía colombiana, Autopista del Nordeste CXA, es una repetición de actos bochornosos, donde se asocia el poder empresarial con funcionarios corruptos, que no sienten el más mínimo respeto por la población, evidenciando que el país siempre ha estado gobernado por sus enemigos.
¿Ejemplos? El Tratado Trujillo-Hull, 1940. ¿Qué fue esto? Los Estados Unidos, había secuestrado las Aduanas del país, por más de 30 años, para cobrarle al Estado, una deuda que nunca contrajo, hasta firmado ese acuerdo, entre el dictador y dicho funcionario estadounidense.
Punta Catalina, un emporio, le arrienda al Estado, lo que es de este último, y busca vender esos terrenos a su legítimo propietario, esto parece una broma, pues si Bucaneros y Filibusteros, se enteran de estas maniobras del siglo XXI, se “declararían” niños de tetas, ante quienes les sucedieron en el Caribe.
A menos, que nuestros gobiernos no hayan estado en manos de “Juan Bobo y Pedro Animal”, dos personajes de la imaginaria, que nos contaban los adultos en tiempo de mi niñez, o que los extranjeros de hoy son los mismos piratas del siglo XV reencarnados, pero más avezados y con menos escrúpulo para engañar a quienes ya no usan taparrabos como vestimentas.
La Autopista, Santo Domingo-Samaná, resulta provechosa para el desarrollo nacional, acorta grandemente la distancia con esa zona costera, pero el precio que paga el usuario es irritante, y no entiendo, cómo la gente puede darle uso, pero incluso, la rebaja de un 20% anunciada por las autoridades no es suficiente.
En New York, nos quejamos, porque al pasar cada puente, pagamos 7.75 dólares, mientras hacer ese viaje desde Santo Domingo a Santa Barbara, se paga sobre los mil pesos una ida, y eso es sencillamente inconcebible, pues con ese contrato, se hipoteca la soberanía económica de generaciones.
Ojalá, Luis Rodolfo, siga destapando la madriguera, y desaloje a las alimañas políticas allí guarecidas, y no suceda como en casos anteriores, que nadie supo quienes se embolsillaron el dinero que hipotecó nuestras aduanas, donde nadie respondió por el negocio con Golf And Western, y no debe suceder igual con el pendejo "Peaje Sombra”, realizado en uno de los gobiernos más corruptos que recuerde la historia republicana.
Una historia recurrente como esta, refleja la falta de institucionalidad, en una sociedad, acostumbrada a ver como normal, que funcionarios lleguen disfrazados de servidores públicos y terminen como los peores corruptos, sin pagar por sus acciones dolosas.
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