Por Luz Bregman
Vibrantes luces se avistaron en el cielo durante el seísmo, lo que confundió a la población
Internacional. El sismo de magnitud 7,0 que estremeció la Ciudad de México y regiones aledañas la noche del martes dejó un muerto y más de 200 réplicas. El fenómeno ocurre justo cuatro años después del terremoto de 8,1 ocurrido en Oaxaca. En aquel entonces decenas murieron y cientos quedaron damnificados.
El epicentro se localizó a 14 km al sureste de Acapulco, Guerrero, sureste de México, de acuerdo con el Instituto Sismológico Nacional.
El movimiento telúrico provocó crisis de nervios. La gente que compartía en diversas actividades o en el transporte público como el teleférico vivieron momentos de tensión, muchos abandonaron sus casas y vieron como cristales caían desde las ventanas de pisos altos. Un hombre murió cuando le cayó un árbol encima momentos en que transitaba por una calle del Estado de Guerrero.
En México además de tener presente el amargo recuerdo del sismo de 8,1 grados registrado en septiembre de 2017, esperan una explicación lógica y convincente sobre las luces que se avistaron en el cielo durante el episodio de anoche.