Por Luz Bregman
Puerto Plata. Enclavado en plena cordillera septentrional, Gurabito de Yaroa, en la provincia de Puerto Plata no solo se lleva el reconocimiento por ser uno de los lugares con los hombres y mujeres más “guapos del país” sino también por la belleza de sus bosques, que bien se prestan para el ecoturismo por sus impactantes senderos y refrescantes ríos.
Las comunidades que conforman los parajes de Gurabito de Yaroa, sobreviven a un sinnúmero de problemas que van desde la falta de calidad en los pocos servicios que se ofrecen hasta la precariedad para trasladar a un enfermo o llevar al campo santo a un difunto. Y es como apuntan los lugareños, “En Gurabito de Yaroa, los muertos ... si quieren llegar al cementerio deben bajar en litera!!”.En litera como se ha hecho desde el principio de la existencia de la comunidad y como sigue ejecutándose en pleno siglo XXI.
Los campitos más enclavados del lugar sufren en carne propia la ausencia de buen trato. Sus caminos vecinales se deterioran de manera constante, las lluvias los hieren a tal nivel que hasta a los burros le da problema transitarlo.
Recientemente, la carretera turística Gregorio Luperon fue objeto de reacondicionamiento en varios puntos de su trayecto, sin embargo, las comunidades que le sirven de adorno fueron poco vistas, provocando el descontento de los nativos quienes cada vez que pueden lamentan que solo los tengan en cuenta como pavos de navidad.
A todo esto, sus habitantes indican que no hay nada más gratificante que vivir y visitar esta laboriosa comunidad que además de hermosa es agrícolamente productiva