Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almánzar
Al decir de Sócrates, la coherencia es una de las mayores virtudes que adorna al hombre, y quienes todavía insisten en justificar a Trujillo en su sadismo, merecen considerarse discípulos del ateniense, por recurrir a cualquier infamia para transparentar sus inconductas.
Desde su llegada al poder, fue habitual en el tirano, atribuir sus atrocidades a particulares, y mucho mejor, si tenían algún vínculo con las víctimas, también contaba con personas que se prestaban para asumir la responsabilidad de crímenes del régimen por paga.
Los seguidores del dictador, no sólo son coherentes por seguir profesándole lealtad en la perpetuidad, si no, que mantienen vivo su ritual, siguiendo un guion, con el que se busca no dejar ningún cabo suelto sobre su peregrino accionar.
Lic. Alejandro Almanzar |
Fue así, como múltiples asesinatos quedaron sin que sus verdugos recibieran castigo alguno, incluyendo las Mirabal, los héroes del 30 de Mayo, asesinados por Ramfis, su hijo, en la Haciendo María, teniendo la Vida que hacer su propia justicia.
Este vivió, dándose la buena vida entre Europa y Los Estados Unidos, disfrutando el dinero robado al Estado, teniendo un accidente de tránsito que pasarle factura por el baño de sangre dejado atrás, antes de abandonar el país, en noviembre de 1961.
Bajo ese mismo entramado, dijeron, a Desiderio Arias, no lo mató Trujillo, si no, Victoriano, un ciudadano, cuya relación con el líder liniero era casi paternal, pues siendo militar desde muy joven, estuvo a su lado hasta el día en que fue asesinado por órdenes de Trujillo, el 20 de junio, de 1931 y quien también fue asesinado días después.
Escuchaba recientemente declaraciones de uno de los tantos ahijados que el déspota se hizo agenciar, general retirado, Damián Arias Matos, dando continuidad a la trama de los Trujillo, tomando como fuente, un libelo plagado de mentiras, intentando borrar los hechos reales, escrito por su hija Angelita y otros criminales de ese fatídico régimen que gracias a la impunidad, unos murieron sin pagar por sus actos cobardes y otros viven por ahí prisioneros de su propia conciencia, un ejemplo de eso es la autora de esas blasfemias contra nuestros prohombres, que se inmolaron para quitarnos esa pesadilla de encima.
Quien debió ser juzgada por crímenes también, lo que le hace la tarea más difícil al amigo Arias Matos, convencer a sus lectores de que el jefe no tuvo nada que ver con tanta sangre derramada, pero lo despreciable es, que incrimine a quienes ya no están para dar su opinión, y se apoye en falsos testimonios.
Es conocido por todos, en el mundo hay nombres, que gravitan, cuando más tiempo ha pasado de su ataúd haber bajado a la tumba, y el general retirado sabe, que uno de esos es este siniestro personaje, como hablar de Hitler, Nerón, en fin, la gente quiere saber cada día más sobre dichos protagonistas y leen cuanto de ellos se publica, aunque se trate de vulgares invenciones.
Por lo que Imbert Barrera, no es, ni será el único en ser incriminado por la nueva versión del Foro Público, en un vano empeño por limpiar la imagen de tan nefasto asesino, que disfrutaba derramar sangre y robarse lo del Estado, mediante el abuso de autoridad, y crímenes espantosos, como los del profesor Virgilio Martínez Reyna y su esposa Altagracia Almánzar, embarazada, primeras víctimas de tan sangriento gobernante.
Twitter, @alexalma09