Por Franklin Diaz Reyes PUNTA SALINAS, BANI. A principio de la década del 70, era yo un adolescente que, al mediodía, cuando llegaba de...
Por Franklin Diaz Reyes
PUNTA SALINAS, BANI. A principio de la década del 70, era yo un adolescente que, al mediodía, cuando llegaba del colegio María Auxiliadora (OMA) a la casa, debía comer y arreglarme rápido para asistir en las tardes a la Academia Duarte, en la calle Albert Thomas, cerca del hospital Morgan a recibir clases de mecanografía, contabilidad y archivo. En lo que me preparaba, oía por Radio Comercial, el programa Tribuna Democrática, órgano de propaganda del partido Revolucionario Dominicano (PRD). Y cuando tenía tiempo, también oía el programa radial del Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC), que todavía no se había fusionado con el Reformista. No preciso el nombre de la emisora que transmitía dicho programa, pero sí que el dial estaba al lado de la otra.
Por los referidos programas hablaban los dirigentes de esos partidos, además de los locutores oficiales de los mismos. Hoy recuerdo los programas de esos días en que el profesor Juan Bosch sostenía una polémica con el doctor Mario Read Vittini. Cito de memoria, que no es mala, pero no infalible.
Pido excusas por alguna posible imprecisión, yerro u omisión cometida. Esto lo oí, por esas emisoras directamente de sus autores-expositores, hace ya más de 45 años, no fue que me lo contaron ni leí en la prensa o alguna otra fuente.
Decía entonces el profesor Bosch, que el pueblo estaba equivocado en cuanto a su opinión respecto a los socialcristianos, pues se creía que estos eran unos genios o sabiondos, por su hablar bonito y que usaban términos o palabras que para la gran mayoría del pueblo eran nuevas, pero que en realidad lo que ellos hacían era repetir como una cotorra lo que se embotellaban en cursitos de dos o tres meses que recibían en Venezuela y algunos llegaban hasta Italia, donde estaba su máxima dirigencia. Para el profesor Juan Bosch, era tan cierto lo que argumentaba, que incluso aseguraba que el color verde que identificaba al Partido Socialcristiano fue escogido por sus dirigentes por ser el color verde de la cotorra.
De ahí paso el profesor a contar lo sucedido a un señor llamado
Magino en La Vega, su pueblo natal: “Casi todos los fines de semana salía Magino de casería y parranda con sus amigos y cuando regresa a su casa, borracho le entraba a golpes a su mujer, la cual en su desesperación gritaba “ay Magino no me mate, no me mate Magino”.
En la casa tenían una cotorra, la que de tanto oír los gritos de la mujer, los imitaba. Uno de esos fines de semana, cuando Magino regreso a su casa, la encontró vacía, pues la mujer se había ido, dejando abierta la jaula de la cotorra, que volando se fue a su habitad natural, las lomas de Jarabacoa, a donde la mañana siguiente, con sus amigotes y su rifle de perdigones se fue Magino de casería. Estaba ya Magino con el ave en la mira cuando este comenzó a decir: “Ay Magino no me mate, no me mate Magino”, este soltó el rifle y de arrodilla exclamó: “perdóneme señor Dios, como iba a saber yo que era usted en el cuerpo de una cotorra.”
Al día siguiente el doctor Read Vittini respondió al Profesor Bosch con otro cuento, expresando, además, que este fabulaba y tergiversaba las cosas para acomodarlas a su antojo y sacar conclusiones erróneas o equivocadas, muy lejos de la verdad, tal como le pasó en Bani a un señor llamado José, a quien apodaban Pepe:
“Un día cualquiera de la semana estaba José (Pepe) sentado meciéndose en una mecedora en la galería de su casa, cuando paso Arcadio y usando una chanza con su amigo, lo saludo: “adiós menso”. Este saludo puso chivo y a pensar de inmediato a José, quien razono de la siguiente manera: “este tipo me conoce desde que yo gateaba, sabe mi nombre, mi apodo y mis apellidos y aun así me dice menso… hum. Menso viene de miso, miso le dicen al gato, el gato caza ratón y el ratón come queso, el queso viene de la leche, la leche viene de la vaca, la vaca tiene cuernos… ay eso lo que quiere decir es que mi mujer me está pegando cuerno.” Sin pensarlo dos veces, fue y le entro a trompadas a su fiel y honrada esposa, la cual no entendía este cambio brusco de su marido.
En el ayer o historia política contemporánea de nuestro país coexisten variados matices de humores, simultáneos con una triste realidad donde entonces la corrupción “solo se detenía en la puerta de un despacho”, desde el cual un día cualquiera su ocupante proclamo a la franca que en su gobierno más de 300 se habían hecho millonarios…mientras, apoyado por el Pentágono, ese
mismo gobierno auspiciaba el surgimiento, operación e impunidad de los siniestros “incontrolables” y la funesta criminal banda colora, causante de muchas diabluras, abusos, presos, exilios y asesinatos por motivos políticos.
En aquella época también se conoció la política de quitarle “las garrapatas al buey” y para bien, no cuajo el invento de buscarle respaldo popular a una dictadura. También la “desaparición” de Caamaño en Londres y luego su “aparición” en Cuba, desde donde con 9 compañeros más organizo la guerrilla que el 3 febrero de 1973 entro al país por Playa Caracoles, con el fatal desenlace de todos conocido, de que luego de haber sido herido en acción el 16 del mismo mes, fue capturado y ejecutado a las 5 de la tarde ese mismo día. Tres años antes se había producido el trágico encuentro armado de Amaury German Aristy y los Palmeros con las fuerzas miliares de régimen balaguerista.
Hubo también elecciones y abstenciones, el secuestro del coronel norteamericano Donald J. Crowley, que tuvo como consecuencia acciones de represalias, a todas luces coordinadas y dirigidas por la CIA, entre ellas el asesinato de Maximiliano Gómez (El Moreno) en Bruselas, y en el país de Amín Abel, Otto Morales y muchos más.
A pesar de los cambios, el avance de la ciencia y la tecnología en el mundo, existe todavía, la política de pan y circo por lo regular más circo que pan y todos los niveles, siguen presentes el "galloloquismo", la ingenuidad y el romanticismo en la política dominicana.
De todo eso se ha hablado y escrito mucho, pero se ha dicho poco. Es mucho lo que se sabe y no se dice. Con el agravante de que la mayoría de protagonistas de aquellos acontecimientos ha muerto y el peso del tiempo ha deteriorado la salud de otros. De todo eso hay que hablar y aclarar muchas, muchas cosas. Por la verdad histórica de la política de ayer, falta mucho por decir.
