POR LUZ BREGMAN
Redacción Cortesía de Sierra Magazin/Sierra Club
Hace 51 años nadie, o muy pocas personas eran conscientes del profundo daño que le estábamos causando al medio ambiente y mucho menos al planeta.
Las chimeneas botando humo tóxico, las fábricas trabajando a todo vapor, los autos, neveras y aerosoles se sumaban al coro de agentes contaminantes, descargando toneladas de desechos químicos en los mismos ríos donde se tomaba el agua para beber. O el vertido de millones de toneladas de basura mezcladas, en terrenos o en el mar, muchos consideraban que esto era el progreso. En realidad era el precio que sin saberlo estábamos pagando por el desarrollo.
Sumidos como estábamos en la guerra fría y la guerra de Vietnam, poco caso le hacían los políticos a las voces que clamaban sobre el creciente deterioro a la salud de las personas expuestas a la contaminación.Este es un Volcan a punto de erupcion
En 1945, un profesor de salud pública, ambientalista llamado Morton Hilbert junto al U.S. Public Health Service (Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos), organizaron un Simposio de Ecología Humana, para que los estudiantes escucharan la preocupación de los científicos sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana. Eso se convirtió en un semillero de activistas por la ecología, donde comenzaron a darle forma al concepto de Día de la Tierra.
La primera alerta pública que tuvo eco en la sociedad fue el libro de Rachel Carson, Silent Spring (Primavera silenciosa) de 1962 que planteó el espectro de los peligrosos efectos de los pesticidas en el campo estadounidense. Pronto se convirtió en un bestseller.
El senador Gaylord Nelson por Wisconsin venía tratando de alertar al gobierno desde 1962 sobre los peligros de ignorar el daño que estábamos haciendo a nuestro medio ambiente y las consecuencias a la salud de la población.
Hasta ese momento, la protección de los recursos naturales del planeta no formaba parte de ninguna agenda política nacional, y el número de activistas dedicados a temas de gran escala como la contaminación industrial era escaso.
Además, las pocas leyes que existían para proteger al medio ambiente eran vagas, confusas y los consecuencias por violarlas eran mínimas.
En 1969 en un apasionado discurso dictado en una conferencia en Seattle, el senador Gaylord Nelson anunció e invitó a toda la nación a participar en la creación del Día de la Tierra. La reacción del país fue contundente. Miles de estudiantes se ofrecieron como voluntarios para coordinar y organizar el proyecto. La reacción de la gente logró que los políticos en Washington miraran lo que estaba sucediendo.
La primera manifestación tuvo lugar el 22 de abril de 1970, promovida por el senador y activista ambiental Gaylord Nelson, para la creación de una agencia ambiental. En esta convocatoria participaron dos mil universidades, diez mil escuelas (primarias y secundarias) y centenares de comunidades.
La presión social cumplió su objetivo y como consecuencia al convertirse en una materia de interés nacional el gobierno de los Estados Unidos creó la EPA, Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental) junto con una serie de leyes destinadas a la protección del medio ambiente y a frenar la contaminación.