Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almánzar
No estoy sorprendido por el olor nauseabundo de la política, sin creerme profeta, ni seguir los pasos de Nostradamus, en 1985, le dije a Jacobo, "abandonemos esta actividad", porque venía llenándose de inescrupulosos. “Usted, ni Bosch, llegaran al poder”, porque este está destinado sólo para mentirosos y farsantes, para esos que la verdad y la mentira valen igual, para quienes los fines, justifican los medios.
Quedé corto, esta ha devenido en un estercolero, donde aves de rapiñas se regodean en el cadáver. Como en la selva, quienes llegan al poder, humillan. Tampoco me sorprende, oír el clamor pidiendo cancelen a ciudadanos, bajo el alegato de que los militantes del partido de gobierno esperan esos puestos.Licdo. A. Almanzar
He llegado a sentir vergüenza ajena, viendo “periodistas”, pidiendo desvincular colegas para ocupar sus puestos, eso da asco y revoltura intestinal. Seguidores de redes sociales, intentan convencerme de que esto ha sido así, algo, que creo saber y entender, pero pensaba que, con Trujillo, había desaparecido tan primitivo y cruel accionar.
Sabemos, los presidentes gobiernan un país de carencias, que, por eso, quienes trabajan en el extranjero, comparten lo que ganan, ayudando a familiares con remesas, pero quitando el hambre en una casa y llevarla a otra, el problema es el mismo o peor.
Es alimentar el clientelismo y la corrupción que Abinader busca detener. Por eso, la señora Josefa Castillo, dispone de recursos de la Superintendencia de Seguros, como si fueran suyos, según la prensa.
Razones tiene Wendy Josefina Hernández, quien después de laborar en el club del Banco de Reservas por 16 años, ganando 12 mil miserables pesos, para pagar una humilde vivienda y alimentarse, la echan a las calles sin miramiento.
Obligándola a protestar desnuda, frente al Palacio Nacional, para denunciar el abuso del poder. Autoridades indolentes, que poco les importa se muera de hambre o termine debajo del puente por no poder pagar renta.
Tampoco sé, dónde están los grupos que defienden los derechos humanos, pues ella no sólo fue humillada botándola del empleo y negándole sus prestaciones, si no, que mandaron a hombres a detenerla, como si el Estado careciera de mujeres policías para estos casos.
Los políticos toman el camino más cómodo, cancelar obreros cada cuatro años, en lugar de crear empleos, sabiendo que la pobreza es buena materia prima en elecciones. Quizás, he quedado en el tiempo, o intento ser coherente, pues en 1978, el PRD llegó al poder, formé parte de una comisión para colocar compañeros en el grupo CORDE, pero me opuse a separar a empleados de sus puestos.
Tal vez, alguien llamado José Rojas, todavía está entre nosotros, y recordará, que siendo él encargado de personal de Fasaco, me mandó a buscar para darme el cargo de un dirigente reformista y no acepté eso, diciéndole que él necesitaba más que yo.
Me pusieron en una nómina sin mi consentimiento, y también lo rechacé, fui formado política y sindicalmente por Félix Alburquerque y mi profesora, doña Yvelisse Prats, quienes me enseñaron que la política se ejerce con humanismo y no con canibalismo.
El presidente, ni dirigentes del PRM, dormirán tranquilos, sabiendo que cancelar a un trabajador, para poner otro, sólo crea malestar; aumenta la injusticia social, esa, por lo que tanto Peña Gómez luchó, ojalá, tantas iniquidades no ameriten la intervención de una corte internacional, para dejar de vivir como en la selva.
Twitter, @alexalma09