Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almánzar
Se nos dice, que la diferencia entre animal y hombre, está en la capacidad de relacionarse, discernir y razonar de este último. Pero muchas veces nos preguntamos, sí, realmente somos individuos con tan especiales cualidades.
Porque, donde el irrespeto a la ley por parte de quienes ostentan un cargo, rango o posición económica privilegiada sea la norma, eso nos coloca por debajo de animales “inferiores” que en su habitad mantienen reglas inviolables.Licenciado Alejandro Almanzar
Se hizo viral un video, en las redes sociales, mostrando, cuando el oficial de tránsito multaba a un militar superior, por violar la ley de estacionamiento, y la actitud humillante de (dios intocable), como reaccionó este frente al subalterno.
Personaje de uniforme, acostumbrado a colocarse por encima de todo, tanto así, que primeras páginas de Diarios fueron dedicadas al general, Soto Jiménez, por enfrascarse en una discusión con el agente que cumplía su deber.
Aunque la Constitución dice que “todos somos iguales ante la ley”, todavía tenemos a estos engreídos que ultrajan a quienes buscan imponer el orden, sin distinción de condición social, económica, profesional, ni política en el país.
Un burdo proceder de militares y policías, que han provocado airadas quejas de un funcionario de Interior y Policía, al denunciar que oficiales de altos rangos boicotean las disposiciones legales, protegiendo a violadores.
Eso revela lo poco civilizado que todavía somos, y una pronunciada falta de castigo a estos presumidos, por complicidad de la autoridad, lo cual fomenta la rebeldía en una población, que observa cómo por mi condición se me tolera todo.
Esto se ha prestado para todo tipo de componendas, para exhibir riquezas sin ningún sustento, choferes y motoconchistas, mantienen el caos, pasan la luz roja de un semáforo, en las mismas narices de la autoridad con total normalidad.
Ese funesto proceder es que nos mantiene en el atraso, el desorden genera delincuencia de todo género, porque cuando el ciudadano común sabe que la autoridad privilegia a violadores por una condición, también desafía la ley.
Una cultura de impunidad, dando la impresión de que no existe ningún orden, ni instituciones para regular nada, el país no avanza, porque la corrupción detiene su desarrollo, donde sólo progresan narcotraficantes y políticos corruptos.
El tráfico de influencia elimina cualquier síntoma de civilización, genera corrupción, pillaje al Erario público, y un desorden generalizado, rompiendo la convivencia pacífica en la sociedad, donde todos deseamos vivir en igualdad.
De ahí, que tengamos una justicia que sólo castiga al pobre que roba un pollo por hambre, mientras aquellos que roban dinero del Estado nunca son tocados, porque la acumulación de riquezas mal habidas les reviste de intocables poderosos.
Si a estas alturas, todavía escuchamos a un arrogante preguntarle a la autoridad ¿Usted sabes quién soy? Si quienes están para hacer cumplir la ley tienen primero que saber quién es el trasgresor, del tercer mundo no saldremos.
Es lo que lleva a policías a corromperse, porque saben que es exponer sus cargos, hacer cumplir las disposiciones legales, pues el sistema es débil frente a quienes tienen algún tipo de autoridad en La República Dominicana.
Ese primitivo accionar, es responsable de la inseguridad que sufre la ciudadanía, pues la aplicación de la ley está sujeta a si se trata del hijo de Machepa, pero jamás, a un desaprensivo con Corso para irrespetar la ley, y la institucionalidad.
Twitter, @alexalma09