Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almánzar
Resulta significativo, ver el despertar del país, aunque sea 60 años después de haber salido de la dictadura, que mediante el miedo le mantuvo silenciado, lo que aprovecharon llamados demócratas para instaurar un imperio de corrupción. LIC. ALEJANDRO ALMANZAR
Lamentablemente, hombres de bien, como Orlando Martínez, Goyito, Fredy Beras y otros se ausentaron sin ver hecho realidad el reclamo que tanto hicieron para que el pueblo se empoderara y acabara con el sistema de impunidad.
Los últimos movimientos indican que no perdieron el tiempo demandando el levantamiento de la sociedad para ponerle fin a esos ademanes de políticos que en nombre de la democracia siguen saquean la nación por distintas vías.
Pero como nada dura para siempre, y al decir de José José, hasta la belleza cansa, la población se cansó de esto, y exige un cambio de conducta a sus dirigentes en el manejo de los recursos del Estado para el disfrute de todos.
Tuvimos dirigentes modestos, que llegaron honrados a una función pública, y de igual manera salieron, raras excepciones, pero conozco varios, que no aprovecharon la oportunidad del Estado para robarse los bienes públicos, caso Bosch.
Pasó por el poder, dominó el escenario político por décadas, y sólo dejó una impronta de honradez, la que muy pocos de sus discípulos quisieron imitar. Nadie se lo imaginaria usando el tráfico de influencia para hacerse millonario.
También hubo militares y policiales, que con posiciones de mandos, se las arreglaron con el salario que recibían poniendo por encima de todo el honor familiar, diferente a quienes vieron esos cargos como la oportunidad para robar.
Gente que se enrolan en una función pública conscientes del bajo salario que van a recibir, para buscársela con métodos corruptos, y la sociedad harta, eleva su voz de protesta para que en lo adelante las cosas se hagan diferentes.
Esos vientos traen, en lugar de nubosidad, un rayo de luz, que anuncia el despertar, aunque tarde, pero finalmente empieza a trillar el camino correcto, gracias al desarrollo de la tecnología que permite al ciudadano estar informado.
Donde cualquiera porta un celular inteligente, que lo conecta con el mundo y le mantiene al tanto de todo. Porque los medios tradicionales terminaron arrodillados a los peores intereses, asociándose a quienes les roban al Estado.
El despertar ciudadano trae funcionarios como (Roberto Silverio Castillo), del Ministerio de Interior y Policía, para denunciar a oficiales de altos rangos de distintas ramas, que usan sus posiciones para proteger a violadores de la ley.
Preocupado por el desorden institucional, pero ojo, grábense este nombre, porque está enfrentando una conducta mafiosa con raíces profundas en esos poderes. Fíjense, ya no se habla del coronel Rolando Martínez, suicidado sospechosamente.
Anótenlo, para cuando digan que apareció el cadáver de un “desconocido”, no sorprendernos si la identidad coincide con la suya, pues acostumbran a silenciar al que habla y no se deja sobornar, pero no importa cuántos Andrés Estrella caigan.
El país no parará de pedir a los funcionarios un comportamiento ético y moral en el desempeño de sus funciones. Impedirá, que al Congreso vaya ningún legislador a aprobar leyes para sus beneficios personales y en perjuicio de la ciudadanía.
Decididamente exige un cambio de conducta de sus funcionarios, de sus dirigentes políticos, para que las riquezas sean mejor distribuidas, y les está recordando, que no pueden vernos como a los aborígenes eliminados por el “Descubrimiento”.