Por Rafael A. Polanco/ Periodista y politologo 4 de 5 SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA Cuando comenzaron a llegar las primeras informaci...
Por Rafael A. Polanco/ Periodista y politologo
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SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA
Cuando comenzaron a llegar las primeras informaciones sobre el COVID-19 y las autoridades nacionales a tomar medidas, confieso que entré en pánico, estaba preocupado, pero lo disimulaba para no preocupar a la familia. Se me ocurrió escribir, como desahogo, dar seguimiento a lo que ocurría, que no era, ni es, nada bueno. De todos los litorales llegaban cifras de contagiados y muertos.
Buscando un título para lo que escribía me surgió uno que resumía mi estado de ánimo: Miedo a Morir. Ese encabezado permaneció semanas, pues hay un hecho cierto, una verdad que nadie discute, el que nace emprende el camino hacia la muerte, pero nadie quiere que ese momento llegue y pocos se preparan para afrontarlo.
Es innegable que todos tenemos miedo a la muerte, hasta que te convence de que es inevitable y decide seguir la marcha, disfrutar y compartir en lo posible, en lo que el hacha va y viene.
Observando cómo el coronavirus se expande de manera global, matando a miles de seres humanos, no se alcanza a comprender cómo es posible que muchos de los que detentan el poder de decisión en el mundo lamentan más las pérdidas económicas que las de vidas.
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| El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump y el director de enfermedades infecciosas de Usa, docttor Fauci, quien ha tenido diferencias sobre la pandemia con el presidente de EE.UU. |
Es verdad que el mundo se derrumba, que los efectos de la enfermedad conducen a una crisis económica, a la arruina de industrias, empresas, comercios y hasta de naciones, pero las grandes superpotencias les importa poco, siguen enfrascadas en una lucha ciega por la hegemonía global.
Existen evidencias de que la enfermedad pudo haberse evitado o mermada, si se actuaba antes, más rápidamente por parte de las autoridades de la zona donde surgió, pero sin dudas, parece que el plan sigue adelante, se trata de rodillas a la humanidad y lo están logrando.
Si bien las naciones están en pie de guerra, en una lucha contra un enemigo común e invisible, para el que no se requieren armas sofisticadas, modernas, sino indumentarias tan sencillas como mascarillas, guantes y lentes y el distanciamiento social, no encierro total.
Mientras la enfermedad avanza, la gente tiende a acostumbrarse a las mascarillas que pasaron a ser una pieza imprescindible para preservar la vida. ¿Quién iba a pensar que no usarlas se convertiría en un delito tan grave que conlleva prisión y multa? Antes era motivo de sospechas llevarlas puestas. ¡Cuánto ha cambiado el mundo en apenas tres meses!
Aunque hay vaticinios macabros que hablan de que la humanidad tendrá que coexistir con el COVID-19 por el resto de la vida, la realidad es que existe la esperanza de que, como ha sucedido con otras enfermedades graves, luego de la tormenta deberá volver la calma, la normalidad.
Se nos insiste en que eso dependería de la actitud que asuma cada persona, a la que se le sugiere evitar el contacto físico, mantener una distancia social, como forma de romper la cadena de contagio. Lo que sucede en San Francisco de Macorís es un buen ejemplo de que, con un manejo adecuado, es posible doblegar la enfermedad, si hay voluntad.
Es como dar por cierto lo que dice la canción que se convirtió en un himno de esperanza, grabada por artistas en muchos países: Resistiré, que advierte debemos evitar que mi enemigo sea yo, aunque mucha gente mantiene su rutina, como si nada estuviera pasando. Hay quienes estiman que a partir de ahora nada volverá a ser igual.
Guerras, Epidemias y pandemias
La humanidad ha experimentado dos grandes guerras, en la primera se estima que hubo más de 30 millones de muertos, sin los heridos y mutilados, mientras en la segunda, la cifra oscila entre 65 y 100 millones de fallecidos.
También ha sufrido epidemias y pandemias que han ocasionado pérdida de millones de vidas humanas, como por ejemplo la Gripe Española de 1918.
Abusamos de la naturaleza, la victimizamos y, cuando se registran fenómenos naturales los vemos como castigos. La realidad es que la naturaleza actúa según sus reglas, las mismas que son constantemente violadas. Ella es como el Estado, que ni agradece, ni guarda rencor.
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| La bandera de China, donde inicio el Covid-19 y Estados Unidos donde golpeo el Coronavirus con mayor fuerza causando grandes efectos economicos. |
De lo que no cabe dudas es de que a partir de diciembre pasado se produjo lo inesperado, algo para lo que nadie estaba preparado para afrontar: llegó el coronavirus, cuya aparición se ubica en la ciudad china de Wuhan.
Definido como un enemigo microscópico, invisible, capaz de contagiar y matar a millones de seres humanos en días, sin importar posición social, económica o política. Sin tomar en cuenta el color de la piel o credos religiosos. Este, como muchos otros tuvo su origen en China. Estas son algunas de las epidemias y pandemias originadas en esa nación asiática:
-Gripe asiática: Causada por un virus A (H2N2) apareció en febrero de 1957 en la provincia de Guizou, de donde pasó a la provincia de Hunan. En abril se detectaron brotes epidémicos en grandes ciudades como Hong Kong y Singapur hasta extenderse por todo el mundo. En 1958 surgió una segunda oleada de la infección que habría provocado más de un millón de muertes.
-Gripe de Hong Kong: En julio de 1968 surgió en algún lugar de China una cepa del virus A (H3N2) que saltó luego a Hong Kong. En septiembre ya estaba en Estados Unidos, Europa y el sureste asiático, llegando a Japón en enero de 1969 y a Suramérica y África en junio de ese año, provocando cerca de un millón de muertos.
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| El doctor Fauci de Estados Unidos y el presidente de a Organizacion Mundial de la Salud |
-Gripe aviar: En 1997, en Hong Kong, se detectó por primera vez en humanos el virus aviar A(H5N1), que afectó a 18 personas, de las que 6 murieron. Reapareció en 2003, extendiéndose por Asia y llegando a Europa y África. Afectó a millones de aves y, según la OMS, en cuatro años había matado a más de 450 personas, la mayoría en el sureste asiático.
En marzo de 2013, apareció en China otra cepa de gripe aviar denominada H7N9, que causó la muerte de más de 200 personas.
-Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS): Causado, al igual que el actual brote de Wuhan, por un coronavirus, surgió en noviembre de 2002 en la provincia china de Cantón, alcanzó su foco principal en Hong Kong y se extendió con rapidez por todos los continentes. La OMS acusó entonces a las autoridades chinas de ocultar información y declaró, en marzo de 2003, una alerta internacional por el brote, controlado 4 meses después con un balance de más de 8,400 contagiados y 812 muertos en unos 30 países.
-Gripe A (H1N1): China sufrió, entre 2009 y 2010, efectos de la pandemia de gripe A, un virus que se detectó por primera vez en abril de 2009 en México, cuyo primer caso en Asia se confirmó en mayo, en Hong Kong.
Gripe Española de 1918
En plena primera guerra mundial, entre 1918 y 1919, además de los estragos del conflicto bélico, la humanidad fue afectada por una grave enfermedad, desconocida hasta ese momento, que se expandió a todos los continentes y que fue denominada Gripe Española, posiblemente por las muchas muertes que ocasionó en España.
Esa gripe mató entre 1918 y 1920 a millones de personas en todo el mundo. Se desconoce la cifra exacta de muertes, debido a la censura motivada por la guerra. Se define como la más devastadora de la historia, hasta ahora.
Tras registrarse los primeros casos en Europa la gripe pasó a España, país neutral en la primera guerra mundial, que no censuró la publicación de los informes sobre la enfermedad y sus consecuencias, a diferencia de los otros países centrados en el conflicto bélico. Esa es la razón de que la epidemia se conoció como la Gripe Española. Contagió entre 8 y 10 millones de personas y mató a más de 300 mil.
Luego se supo que fue causado por un brote de gripe A, del subtipo H1N1. La mayoría de los muertos tenían edades entre los 20 y los 40 años, contrario a otros virus que afectan mayormente a anciano y niños. Por esos tiempos, como ahora, se hicieron populares las mascarillas. El virus desapareció en el verano de 1920, tal como había llegado.
Gripe Española en RD
El virus afectó naciones de distintos continentes y subcontinentes, como Norteamérica, Latinoamérica y El Caribe, incluyendo República Dominicana, donde se hizo sentir en toda la geografía, comenzando por la Región Sur.
Para entonces gobernaban las tropas norteamericanas que habían invadido en 1916 el territorio nacional e instruyeron a la Guardia Nacional para establecer una cuarentena, evitar el contagio y proteger a sus habitantes.
En esa ocasión, como ahora, la población no hizo caso a las advertencias, como evitar el contacto con otras personas; evadir las reuniones en lugares cerrados y con personas refriadas; trabajar y dormir al aire libre y lavarse las manos para mantenerlas limpias y lejos de la boca.
También no toser en lugares públicos; ni visitar enfermos; alimentarse bien y no ingerir bebidas alcohólicas, además de taparse la boca y nariz con pañuelos al toser; no abrazar ni besar a nadie e higienizar los utensilios usados para comer y para otros menesteres.
La gente hizo poco caso a las recomendaciones y continuó con sus rutinas, sobretodo, porque a se acercaban las navidades. La enfermedad afectó a un gran número de ciudadanos, mayormente en la región sur.
Que es el Coronavirus?
Son una familia de virus que pueden causar enfermedades como gripe común que varían en severidad y la primera conocida surgió con la epidemia del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) de 2002, en China y la segunda comenzó en 2012, en Arabia Saudita, con el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS).
Sin embargo, las versiones más socorridas dan cuenta de que el virus causante de la actual pandemia, aunque está emparentado con ambos, no es igual a ninguno de los dos. El COVID-19 o SARS-COV-2, es considerado una nueva cepa del coronavirus que causa una enfermedad grave, que es transmitida de persona a persona y es altamente contagioso.
Los científicos que analizaron la plantilla génica del virus detectaron lo que definen como especies de armaduras en su exterior que utilizan para atrapar y penetrar las paredes externas de las células humanas y animales.
Su gravedad puede ser de muy leve a seria, hay quienes no muestran síntoma. Los adultos mayores o personas con ciertas afecciones crónicas, como enfermedades cardíacas o pulmonares, diabetes, o con un sistema inmunitario comprometido, pueden correr un riesgo más alto.
Es algo similar a otras enfermedades respiratorias, como influenza o gripe, sus signos y síntomas pueden aparecer en un promedio de entre dos y 14 días aproximadamente, después de estar contagiada una persona, pueden manifestarse con fiebre, tos, falta de aire o dificultad para respirar, cansancio o dolores de cabeza, garganta, goteo de la nariz, diarrea, vómitos y pérdida del olfato o el gusto.
Algo más del COVID-19
Estados Unidos está convencido de que el Coronavirus o COVID-19 fue creado en un laboratorio de virología de la ciudad de Wuhan, aunque el principal asesor médico de la Casa Blanca, Anthony Fauci, descarta esa posibilidad, en franca contradicción con el presidente Donald Trump.
No obstante, el mandatario norteamericano, quien se juega su eventual reelección en los comicios fijados para noviembre de este año, reafirma tener pruebas de que los chinos son los responsables de haber creado el virus y que pronto haría públicas esas evidencias, pero el tiempo pasa y éste sigue amagando sin golpear.
Los chinos por su lado, muestran su desagrado con las expresiones del gobernante estadounidense y lo retan a dar a conocer esas supuestas evidencias.
El Coronavirus, que comenzó a mostrarse a finales de diciembre y los primeros días de enero, en un primer momento fue definido por la OMS como una enfermedad nueva, rara, pero luego le dio categoría de epidemia, hasta que, finalmente, el 11 de marzo fue declarado pandemia.
Esta enfermedad no discrimina entre grandes y pequeños, ricos y pobres, fuertes o débiles, blancos o negros. Ataca a países desarrollados o en desarrollo, de economías grandes y fuertes o pequeñas y deficitarias.
Los líderes mundiales no han dudado en reconocer que, en un primer momento, no hay nada visible que pueda frenar el avance del COVID-19, a no ser que como se transmite de humano a humano, lo recomendable es el aislamiento, evitar en lo posible el contacto físico entre las personas.
Los pueblos han quedado descarnados o como se ha dicho, desarropados, pues el COVID-19 ha sacado a flote las grandes fallas ocultas o maquilladas como los malos o deficitarios servicios sanitarios, la falta de equipos e insumos, como camas, ventiladores o respiradores artificiales, salas para cuidados intensivos y otros recursos.
Esta enfermedad puso de manifiesto las precariedades con las que trabajan los médicos, paramédicos, enfermeras y otros auxiliares sanitarios a quienes no se les suministran batas apropiadas para evitar el contagio, mascarillas, guantes y desinfectantes, entre otros insumes.
Las autoridades chinas atribuyen a científicos de su país la tesis de que el virus actual saltó de un animal a los humanos en un mercado de venta de animales silvestres, aunque hay informaciones de que desde hace tiempo se realizaban experimentos con coronavirus y que había cierto descuido en materia de seguridad en la zona donde se desarrollaba el proyecto.
Trascendió que esos ensayos datan del tercer trimestre de 2019, ya que involucra a varias entidades, chinas y norteamericanas, que se asociaron para realizar un simulacro de pandemia de coronavirus y que esto habría ocurrido en octubre pasado.
Se precisa que esos análisis derivaron en una alerta internacional sobre los resultados escalofriantes: 65 millones de muertes simuladas en año y medio y que no trascendió, debido a la censura en china, corroborada en un estudio realizado por Reporteros Sin Fronteras (RSF) que puso en evidencia el bloqueo informativo a episodios sensibles en perjuicio de la población, de parte del régimen de Pekín.
Se atribuye a las autoridades chinas haber hecho callar por unos meses el surgimiento del Coronavirus y su peligrosidad, por ser altamente contagioso, como se pudo comprobar más adelante.
Resalta el estudio de Reporteros Sin Fronteras que, de haber dado información precisa, sin ocultamiento a la población, primero de Wuhan y después del resto del mundo, se hubieran podido tomar medidas a tiempo.
Se indica que la comunidad científica internacional recibió con mucho atraso los primeros datos sobre cómo está compuesta la nueva cepa derivada de los coronavirus, sobretodo, porque se conocían los estragos provocados por otras epidemias y pandemias.
Lo extraño es que las autoridades norteamericanas no accionaron, cuando es sabido que tuvieron conocimiento de la situación y nada hicieron para denunciarla o tomar previsión para evitar posibles consecuencias.
En vista de que el tema llegó a medios internacionales, el director del laboratorio de máxima seguridad de Wuhan, Yuan Zhiming, desmintió que esa entidad haya sido la fuente donde se originó el virus y cita como evidencia el hecho de que ninguno de sus empleados ha sido contaminado.
No conforme con esa versión, Estados Unidos ha insistido en solicitar autorización para enviar expertos suyos a indagar lo relativo al origen del virus y tratar de establecer si surgió en un instituto de virología que posee un laboratorio de bioseguridad. Se presumen que es el P4, equipado para manejar virus peligrosos.
Las autoridades norteamericanas tienen especial interés en determinar cómo el virus saltó al mundo, básicamente porque desde 2018 diplomáticos de su embajada en Pekín habían señalado falta de seguridad en el laboratorio que estudiaba coronavirus procedentes de animales.
