Mi Ventana Óptica Por Alejandro Almánzar El Coronavirus, es la pandemia con que de nuevo tr...
Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almánzar
El Coronavirus, es la pandemia con que de nuevo tropezamos, nada nuevo, pues desde siglos inmemoriales, el mundo enfrenta estos fenómenos, como puede comprobarse en relatos bíblicos y demás "libros sagrados".
Dios, la Vida o Naturaleza, no tiene otra vía para defenderse de quienes buscando riquezas que no trajeron, ni se llevarán, les exponen a crueles maltratos, por ejemplo, ya nadie produce alimentos si no es envenenando el subsuelo.
LIC. ALEJANDRO ALMANZAR |
Ella sabe, cómo detener la irracionalidad del hombre en la tierra, en que pagan “justos y pecadores”, pero tampoco lo hace por injusticia, como diría un teólogo, con el Coronavirus, nos recuerda preservar nuestros recursos.
Viene a advertirnos, que este animal contaminante debe ser separado de ella, hoy que su enfado nos encierra, muchos temerosos de morir, ella está de pláceme, porque ha apartado de su vista a quienes se han propuesto destruirla.
Por eso huyen a mansiones de ciudades apartadas, porque con lo acumulado no pueden evitar ser contagiados, teniendo que abandonar las reuniones sociales, y esa vida fausta a la que se acostumbraron dañando el planeta.
New York comenzó a retirar bolsas plásticas del comercio, debemos llevar el embace para cargar lo que compramos, pero ¿Cuántos años llevamos usando este material, que al decir de entendidos dura tres mil años para destruirse?
¿Quiénes se hicieron millonarios con el plástico contaminante? ¿Era necesaria esta sacudida, para hacer conciencia? Sin dudas, es la única forma que la Vida tiene para hacer recapacitar a una especie ególatra que lo corrompe todo.
Quien, como dueño del Cosmos, apuesta a extinguirlo todo, incluyendo a la humanidad. Ni la catástrofe de Hiroshima y Nagasaki le permitió reflexionar, después de la Bomba Atómica, como si les divirtiera arruinar al mundo.
Es por eso que hoy invierten más recursos en fabricar armas letales que medicina, hospitales y escuelas para los humanos, apostando a quien tenga más capacidad destructiva a través de armas nucleares, químicas y biológicas.
Esas Potencias, son culpables de causar esta pandemia, que ya en Italia deja una gran cifra de envejecientes muertos, y no menos letal en otras naciones afectadas por el Coronavirus, como si la idea fuera un exterminio colectivo.
Pero como todo obra para bien, esta mortal pandemia, cual parto doloroso, debe darnos optimismo, conscientes y preparados, para el nuevo orden que traerá, tanto en la forma de vida, como probablemente en lo biológico también.
No es para alarmarnos, pongamos oídos sordos, ante quienes viven de las prédicas del mal en nombre de un Dios rarísimo, esto nos ayudará a entender por y para qué estamos aquí, y que no somos una hormiguita en el Universo.
Este acontecimiento nos obligará a respetar a las demás Almas que cohabitan con nosotros, el Capitalismo tendrá que revisarse, pues como nunca es más oscuro que al amanecer, el Coronavirus será luz para las generaciones futuras.
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El progreso y desarrollo no deben verse amenazados por enfermedades contagiosas, si nos ajustamos a la armonía con eso que nos rodea, es el mensaje de una Naturaleza ofendida y rebelada ante quienes buscan destruir nuestro hábitat.
Pero “extrañamente”, mientras el Coronavirus arruina mercados, el mundo entra en pánico e Italia entierra muertos, el magnate Carl Icahn, anda comprando empresas petroleras, como la (Occidental Petroleum).
¿Es que en río revuelto, ganancias de pescadores? O ¿Qué mientras el mundo llora, el payaso ríe?
¿Es que en río revuelto, ganancias de pescadores? O ¿Qué mientras el mundo llora, el payaso ríe?