Por Patricia Báez Martínez El único hándicap que tiene el Partido Revolucionario Moderno (PRM), como organización política nueva en Repú...
Por Patricia Báez Martínez
El único hándicap que tiene el Partido Revolucionario Moderno (PRM), como organización política nueva en República Dominicana, es que se formó producto de la escisión de un partido que data de principios de siglo pasado y que una parte de sus dirigentes son septuagenarios y octagenarios, y –algunos- han pasado por la administración pública sin pena ni gloria y/o con más pena que gloria. Ése es el único estribillo negativo que se escucha en contra de esa organización política, que con una sola participación electoral se convirtió en la segunda fuerza política más votada, es decir, que nació con fuerza y sus dirigentes tienen vocación de Estado y Gobierno. No estamos hablando de improvisados.
Después de los resultados de las elecciones primarias del pasado 6 de octubre, en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se ha agudizado la crisis interna, crisis que favorece enormemente al PRM. El presidente del partido y ex presidente de la República, Leonel Fernández Reyna, está abandonando la organización, junto a una porción importante de dirigentes y simpatizantes. Hay un avispero en el PLD, en el propio PRM (donde algunos dirigentes ven en un posible pacto con Leonel la ventaja no desdeñable de ganar las elecciones en una primera vuelta electoral), y en partidos minoritarios, entre éstos una parte de los que se autodenominan reformistas.
Aplastado Leonel en el PLD, con fraude o sin él, este se ha convertido en una golosina apetecible para cualquier fuerza política, y es obvio, no pasan desapercibidos 900 mil votos en unas primarias. Sin embargo, leamos con detenimiento estas cinco razones por las cuales, una fuerza política como el PRM no debe, bajo ningún concepto, pactar con Leonel Fernández Reyna o cualquier otra facción del PLD.
1.- No todos los votos que sacó Leonel, le pertenecen. Sería necesario y oportuno determinar qué porcentaje de ese 47.61% de los votos que obtuvo Leonel, realmente le pertenece. Al ser primarias abiertas las del partido morado, hubo personas del PRM (pero que no fueron inscritas en el Premil 1 y 2 o no salieron en el padrón de ese partido) y de otras fuerzas políticas que entraron a votar a las primarias del PLD en contra del actual gobierno, es decir, a favor de Leonel. Y por eso es que Fernández Reyna se oponía a las primarias abiertas en su partido, porque la participación masiva puede ser tan favorable como desfavorable, y algunos factores se convierten en incontrolables.
2.- No hay garantía de que no haya fraude electoral en las elecciones presidenciales aunque se diera una alianza Luis/Leonel. Si fuese verdad que hubo fraude en las primarias del PLD (por cierto: solo para afectar a Leonel), nada ni nadie le garantiza a la oposición que desde el Gobierno se geste otro fraude para las presidenciales. Lo que menos tiene Danilo y su camarilla es escrúpulos. Es una ilusión pensar que porque se unan dos fuerzas políticas poderosas, el Estado –representado por Danilo Medina y su candidato-, no las va a aplastar, como están acostumbrados a hacerlo en el PLD desde el 2004 a la fecha (4 procesos electorales con todos los recursos del Estado a su disposición para el PLD retener el Poder).
3.- Luis perdería el apoyo de amplios sectores dentro y fuera del partido. Dentro y fuera del PRM, el pacto caería como las bombas de Nagasaki e Hiroshima. Aunque se escuchen voces a favor de esta propuesta, cuidado, no se pueden hacer jugadas alegres que provoquen perder lo ganado a tan solo siete meses de las elecciones presidenciales. Dentro del PRM habría oposición, aunque por obediencia, terminara imponiéndose un crimen político de lesa humanidad. Fuera del PRM, las fuerzas como la sociedad civil y grupos progresistas, que en los últimos meses han mostrado públicamente su apoyo a Luis Abinader -por representar la única posibilidad de salir del PLD, además de la oportunidad de un cambio político, social y económico en el país-, le retirarían su apoyo. Y no lo dudo, porque su voto no es un voto de obediencia ni producto 1000 pesos y un picapollo, estamos hablando de un voto de conciencia. Tenemos una sociedad civil que recientemente se movilizó de manera masiva contra la corrupción y la impunidad a través de Marcha Verde, Luis Abinader puede seguir obteniendo el apoyo de esos inconformes con el status quo imperante, pero eso solo es posible si el líder no se desvía de su camino, pese a los cánticos de sonajeros que escucha en el camino. Nosotros y nosotras, los que queremos el fin de la corrupción y la impunidad y un gobierno inclusivo y amigable con los pobres de esta tierra, estamos dispuestos a trabajar más si es necesario, a dejar el pellejo en las calles para conseguir los votos de los peledeístas desencantados, de los indecisos y de los desafectos de la política. Preferimos perder la epidermis trabajando a ser testigos de un pacto con el principal heredero de la corrupción y la impunidad que caracterizó a las administraciones de Joaquín Balaguer.
4.- Se rehabilitaría a un muerto político. “Muerto el perro, se acabó la rabia”, reza el dicho popular. Leonel ya está muerto políticamente, difícilmente gane aunque lo apoyen 20 ventorrillos políticos, porque los otros contendores son: el Estado, y nosotros, que siendo las nuestras unas primarias cerradas, sacamos una mayor votación –en términos porcentuales- que el PLD. Si se rehabilitara a Leonel Fernández mediante un pacto con una fuerza política naciente y llena de vida, además de la estocada mortal que significaría para el sistema de partido (pues ya no habría opción ante la barbarie en que vivimos), se le inyectaría Células Madre a todo ese liderazgo corrompido que sigue al ex presidente Fernández, reciclándose éstos en el PRM y el Estado y tomando una fuerza voraz contra los mejores y sanos intereses de la sociedad dominicana.
5.- Se mataría a un líder político acabado de nacer. Luis Abinader fue candidato vicepresidencial en las elecciones de 2012, candidato presidencial en 2016 y actual candidato presidencial (elegido por mayoría casi absoluta en las primarias de su partido). “Luis jiede a Presidente”, me escribió un colega por Whatsaap tras la publicación de los primeros resultados de las primarias. Sí, Luis tiene un aroma a Presidente, y eso atrae. Las abejas buscan el aroma y el néctar de las flores, y así nuestro candidato seguirá atrayendo a más personas, sectores y organizaciones políticas, ¿Por qué desesperarse? Fuera del escenario político Danilo Medina, porque la Constitución se lo prohíbe, y derrotados en las primarias Hipólito y Leonel, si ganamos las elecciones en mayo –como indican los números y está previsto-, Luis Abinader sería la estrella política que va a iluminar el escenario político dominicano por mucho tiempo. Además, y esto es lo más importante: Luis Abinader ha ofrecido un cambio grande para República Dominicana, y si apenas caminados unos trechos se rinde ante la tentadora oferta de unos votos que destilan corrupción, crimen e impunidad, le habrá demostrado a los suyos y al pueblo en general, que su propuesta nunca fue real, que era solo una pose.
Sigamos adelante perremistas, trabajemos unidos y unidas, que el pueblo espera ansioso la redención.
Patria o muerte. ¡Venceremos!
La autora es periodista y politóloga.