Mi Ventana Óptica Por Alejandro Almánzar Decía Pedro Infante, "el agua se aclara sola, al pa...
Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almánzar
Decía Pedro Infante, "el agua se aclara sola, al paso de la corriente". Como que los hechos conforman la historia, y aunque distorsionados por intereses particulares, tarde o temprano, esa realidad histórica prevalece.
Como el embarazo, que la primeriza oculta, y el vientre inflado revela. En nuestra sociedad, quienes controlan el Estado creen, que pueden ocultarlo todo, incluyendo aquel embarazo, que pronto trae el alumbramiento.
Ya sabemos, que el narcotráfico no operaría sin el apadrinamiento de gente con poder político, empresarial, militar, y otros. El dinero que mueven, requiere de un tinglado mafioso, que le permita encubrir sus andanzas.
La prensa trae hechos, que rápidamente salen de circulación, y sólo nos enfocamos en el delincuente identificado, sin reflexionar, en el entramado criminal que lo escuda, hasta que el monstruo ve crecer sus siete cabezas.
Funcionarios, artistas, deportistas, congresistas, y quienes hicieron fortunas, se convierten en piezas claves para estos encubrir sus actividades de narcotráfico y trata de personas, muchos conscientes de esa realidad.
Negocios como agencias de autos, bancas de loterías, discotecas, y Bienes Raíces, son sus apuestas para ocultar las cuantiosas sumas obtenidas, y en un Estado sin control, pasan desapercibidos, aunque hagan el mayor ruido.
Cada época, un nuevo narco sale del closet, ahora es Cesar, pero probablemente, este, ya fuera del país, no esté operando, pero pocos se preguntan, ¿Quién lo relevó ya? Escobar desapareció, y otros ocuparon su lugar.
Desaparecieron Florián, Figueroa, y Quirino. El primero, terminó en la tumba, el segundo “preso", el tercero “retirado”, disfrutando los bienes adquiridos enviando toneladas de drogas a Los Estados Unidos, e idolatrado por políticos.
En New York, las autoridades desmantelan un punto de drogas en la mañana, y en la tarde está operando. Porque, sólo caen presos, peones del narcotráfico, pero no quienes reciben los cargamentos de heroína y cocaína.
Mientras no fusilen a los adictos, y condenen a quienes reciben toneladas de drogas, de poco sirvió matar al colombiano, dejar preso de por vida al Chapo, y extraditar nuevos narcos, porque el relevo siempre surgirá.
Pero como el agua se aclara sola, con cada narcotraficante caído, se evidencia la complicidad de autoridades, y que cada político tiene su narcotraficante, que indudablemente, le financia campañas para operar libremente.
El presidente Medina, parece tener varios, pues es conocida su relación con Alburquerque Fortuna, que si mal no recuerdo, pedido en extradición por USA, y aunque sigue operando en la frontera, como Quirinito, se “esfumó”.
Fue Danilo, quien manejó la muerte violenta de Juan de Los Santos, su compadre y compañero de partido, quien de repente, apareció con una red de bancas de loterías, sin que nadie conociera la procedencia de su fortuna.
Dicen peledeístas, que su poder económico, y la mano poderosa del presidente, le permitió comprar plazas en el PLD, incluyendo ingresar al Comité Central, candidaturas a diputado, para luego, saltar al Comité Político.
Y como la miel y el polen llaman a las abejas, y la putrefacción, a bichos e insectos, este próspero (rifero), estaba casado con la hija de un narco. ¿No sería (Juancito Sport) donde lavaron el dinerito del suegro?
¿Sería su muerte, la causa que dijo el compadre? “Coincidencialmente”, su cuñada, es amante del narco Abusador, ayudado a escapar, para que no viniera a Norteamérica, a identificar a asociados en el gobierno.
Twitter, @alexalma09