Mi Ventana Óptica Por Alejandro Almánzar El Pacto Mundial Para la Migración Segura, promovido por Naciones Unidas, parecería busca...
Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almánzar
El Pacto Mundial Para la Migración Segura, promovido por Naciones Unidas, parecería buscar eliminar las fronteras, donde estas no existan, “ni nacionalidad por nacimiento”, y en cambio, pasemos a ser ciudadanos del mundo.
Algo que suena bonito, pero habría que ver, cuál será el impacto que una medida como esta acarrearía a las naciones desarrolladas, que en base al duro trabajar han alcanzado esa posición, gracias al sacrificio de los ciudadanos.
Probablemente nos digan que buscan un equilibrio entre las naciones con muchas riquezas, y los habitantes de aquellas llenas de desigualdades, donde mucha gente cada día agoniza para poner una paila en el fogón y alimentar la miseria.
Los promotores de esta “brillante” idea deberían explicar mejor, en qué consistiría esa nueva corriente migratoria, porque si deplorable es que unos cuantos lo tengan todo, no menos catastrófico sería una inmigración fuera de control.
Al parecer una iniciativa "humana", cualquiera pensaría que se trata de un proyecto bien pensado, en beneficio de la humanidad, pero mientras esto se aclara, los gobiernos deben sopesarlo bien para entramparse en dicho pacto.
Ya hay precedentes, en el 2015, Europa vivió una crisis de incalculable consecuencia, alcanzando ribetes de una peligrosa crisis humanitaria, que disparó las alarmas, por la llegada masiva de extranjeros de diferentes latitudes.
Actualmente, sobre Los Estados Unidos se cierne tal vez la peor amenaza para su estabilidad económica y social, con la llamada Caravana de Inmigrantes, y pudiera estar siendo puesto a su peor prueba de fuego desde su fundación.
Quienes han decidido atacar a estas naciones usando la inmigración juegan con candela, porque renunciar a su soberanía no es tan fácil, pues aceptar eso sería jugar a la desestabilización de todo su aparato estatal.
En lo concerniente a nuestro país, debemos estar vigilante, e indagar, cuál es el propósito de quienes desde UN pretenden buscar la solución de Estados fallidos, perjudicando a las naciones que aún luchan por su desarrollo.
Sería la peor trampa, aceptar esto, porque en ese contexto se le estaría abriendo la frontera de par en par a los haitianos, para cruzar hacia este lado, sin que nadie los pueda detener, protegidos por ese pacto migratorio.
Debemos seguir el ejemplo de Los Estados Unidos, que rechaza dicho proyecto, porque de adherirse a esa idea, es renunciar al derecho de rechazar a cualquier visitante por indeseable que sea en nuestra casa, algo inaceptable.
Al dominicano debió bastarle la amarga experiencia vivida en un pasado reciente, como para permitir que ahora graciosamente le impongan ese pacto sobre la inmigración, que finalmente se llevaría lo que queda de soberanía.
El peligro es mayor, cuando sabemos que en el Palacio Nacional hay funcionarios comprometidos con los planes de destruir la dominicanidad, y esta pudiera ser la nueva coartada para continuar adelante con su perversidad.
La realidad de todo esto pudiera ser, que Haití es un dolor de cabeza para las naciones que los sustentan, carga que cada vez pesa más, y buscan tirarle el problema a La República Dominicana, con lo que siempre han soñado.
Si el gobierno firma este pacto, estaría actuando de espalda al interés nacional, y quien así obrare, pierde el poder de mando que le otorgó pueblo, y tendría que intervenir el Congreso Nacional para corregir esa tentativa criminal.
Twitter, @alexalma09
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