Mi ventana optic a Por Alejandro Almánzar Como nada pasa sin dejar huellas, y toda acción, produce una reacción, las determin...
Mi ventana optica
Por Alejandro Almánzar
Como nada pasa sin dejar huellas, y toda acción, produce una reacción, las determinaciones de individuos a nombre de un Estado o Nación, tienden a surtir efectos, que luego nos obligan a cosechar resultados.
Errar es de humano, y nadie escapa a esto, porque el fenómeno “humano”, manipulado por el Cuerpo Emocional, se desvía del objetivo espiritual, para responder al “Ego”, que intenta convertir la fantasía en realidad.
República Dominicana fue sacudida por dos acontecimientos, que aunque distantes uno del otro, les marcaron grandemente, La España Boba y el cuatrienio 2000-2004, donde todo se derrumbó. Pero nuestras generaciones asumieron ese ayer, como la oportunidad de un mejor futuro, y por eso, el país se encausa por senderos promisorios.
Dejamos de lamentarnos de ese pasado perturbador, apelando al optimismo que nos caracteriza. Los Estados Unidos de América, tal vez, sea la nación que menos ha aprendido de sus errores, para dejar atrás épocas perdidas.
Una nación, que no cifra su presente, ni futuro, en la voluntad de ningún “Dios”, si no, en su esfuerzo. Aunque sí, se pliega a intereses grupales, que sólo tienen como horizonte apetencias personales. La Gran Depresión, de 1929, debió ser su escuela, como fue para China, la Revolución que la dividió.
Pero en lugar de eso, buscó la solución embarcándose en una eterna guerra, que lo consumió económicamente. Así desperdició 40 años, combatiendo ideologías, gastando su presupuesto en la famosa “Guerra Fría”, donde al decir de algunos, se invertía casi el 80% de su PIB, intentando detener el Socialismo.
El presidente Donald Trump dijo, “fue un error invadir a Iraq", pero eso lo sabían, y se les advirtió, que en la lucha religiosa del Medio Oriente nadie debe intervenir. Que desestabilizar a esta parte del mundo, era sembrar el caos universal, y no hicieron caso, hasta que apareció el Septiembre 11.
Pero el mismo Trump, está cometiendo el error, de embarcarse en la Guerra Arancelaria, no menos desastrosa que la antes citada, pues aísla al país, en época de acercamiento entre los pueblos, sin importar culturas o ideologías de estos.
Si con esto busca detener el avance arrollador de la que ya muchos dan como Primera Potencia, a la China de Mao Tse Tung, está doblemente equivocado. Ese pueblo asiático, luego de aquella Revolución, quedando sin recursos, porque los derrotados se llevaron todo, se levantó, cifrando su futuro en una sociedad sin tecatos, corruptos, ni parasitismo social.
Y mientras Los Estados Unidos busca su predominio, imponiéndose por la fuerza a países, esa China de Mao, se concentró en generar riquezas, educando a su población para un mejor mañana, garantizando a aquellos que salieron, el retorno asegurado.
Ha defendido sus intereses territoriales, sin enfrascarse en luchas armamentistas, sin desperdiciar recursos combatiendo terroristas, ni narcotraficantes o drogadictos, y quienes roban al Estado, les espera la cárcel, la horca o el paredón.
Difícilmente, esta pujante nación instaure un sistema parasitario, disfrazado de “ayudas”, como tampoco aceptará, una población de viciosos, para terminar de la peor manera. Porque si el dinero, genera dinero, la pobreza, produce eso mismo.
En síntesis, China y Haití, son dos referentes para nosotros, el que se sacudió de la pobreza y el que se hundió en la miseria, porque los errores se cosechan para bien o para mal.
Twitter, @alexalma09