Mi ventana óptica
Por Alejandro Almánzar
Ya no sólo estamos en la época en que desconocemos si una mujer es natural o ensamblada, que su cuerpo, en lugar de carne, músculos y huesos esté compuesto por silicona y cuantos químicos con que la estética engalana esa figura femenina.
Tenemos también falsos profetas, que como advertía el maestro Jesús, vendrían en su nombre a engañarnos. Tanto en los Estados Unidos, como en la República Dominicana, están quienes dicen defender a los inmigrantes, aunque mediante la falsa prédica que los caracteriza.
Incluido el obispo de la Diócesis Nuestra Señora de la Altagracia, Castro Marte, quien calificó de doble moral a quienes rechazan el desorden migratorio que manejan ONG, pero esa doble moral quien la práctica es el Clero, con el papa a la cabeza, que piensa, hablando desde el púlpito sobre los males de Haití resuelve el problema.
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A. Almanzar |
Cuando el Vaticano, tiene recursos y poder para en el nombre de Cristo y sin politiquería, ayudar a esa población a salir de la pobreza en que se encuentra hoy día. Debería casarse con la gloria que él aspira, abriendo la bóveda del banco del Vaticano e invertir en la construcción de hospitales, maternidades, escuelas, carreteras, acueductos y edificaciones en tan empobrecido país.
Pero prefieren predicar sin pasar a la acción, como los hipócritas para confundir a incautos, en lugar de seguir los pasos de Juan Pablo I, poniendo las riquezas de la Iglesia al servicio de una población que trajo el cristianismo al Continente en calidad de esclavos y que luego dejaron a su suerte, apostando a que nuestro país cargue con eso.
En Los Estados Unidos, esos sectores que viven del dolor y el drama de quienes cruzan esa frontera para vivir en la ilegalidad, han soltado los demonios, pero su enojo es por la eliminación de fondos por parte del gobierno, a organizaciones mafiosas, que poco les importa desestabilizar al mundo para vivir bien sin trabajar.
Tanto en redes sociales como en la prensa tradicional, tienen una campaña demoledora contra toda iniciativa que busque frenar un desorden, del que sólo se benefician ellos, un compromiso que asumió Trump desde su campaña electoral y que sólo cumple con un mandato del votante que mayoritariamente lo apoyó para esos fines.
No entienden la gravedad de un problema que pone en peligro la soberanía de cualquier país, donde nadie podría vivir en libertad, con seguridad, ni tranquilidad. No sé en otra parte, pero con USA, pierden su tiempo, pues aquí no se trata de la decisión de un hombre, no es nada personal de Donald Trump contra la inmigración, es la determinación de un pueblo que exige poner fin al desorden migratorio dejado por la administración pasada y a eso no puede renunciar.
Aquí funcionan las instituciones y aunque se está en un proceso de deportar a personas con problemas judiciales pendientes, esa no es decisión del presidente, si no, de una Corte, que decide quién puede y no vivir en esta nación.
Pero las redadas están dando sus resultados, pues en las mismas, se han detenido a criminales que ante la vulnerabilidad de esa frontera y la política migratoria, vinieron a NY y Puerto Rico, a esconderse para evadir la justicia dominicana, mientras estos falsos predicadores no creen en nada, que no sea sus intereses corporativos.
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