Mi ventana óptica
Por Alejandro Almánzar
Como cada año, el pastor Ezequiel Molina y sus correligionarios realizaron su Batalla de la Fe, en la que desde el púlpito hacen críticas de cortes sociales, políticos y religiosos. En La República Dominicana, tenemos funcionarios que se creen impolutos y que nadie puede enmendarles la plana por su accionar.
A. Almanzar |
Las palabras del pastor a lo mejor no fueron lo mejor sopesadas, pero sin tener que coincidir en toda su parte, no deja de preocupar el derrotero de la familia hoy día que él está denunciando y en lugar de atacar su discurso, la autoridad lo que debería es revisar la realidad expuesta.
Sin dudas, desde el mismo momento en que la madre se vio obligada a salir del hogar a trabajar para ayudar con los compromisos del hogar la familia lo perdió todo, eso es innegable. Nadie supervisa, pues cuando estos llegan a casa cansados no hay fuerza suficiente después de una jornada agotadora para investigar qué pasó durante su ausencia.
Es por eso, que quienes salen a responderle sus aseveraciones son los que se sienten aludidos con su mensaje. No creo que la mujer sea una pieza para atender únicamente el hogar, ha demostrado tener tanta capacidad productiva o más que el hombre en algunos casos, pero lo expresado por Molina sobre el rumbo de los hogares en el país es algo que nadie puede ocultar.
Esas voces que salen “en defensa de las mujeres” con lo dicho por el religioso son aquellas comprometidas solamente con la agenda del gobierno, y en lugar de descalificar, deberían proponer la solución de un problema que al final de la jornada perjudica a la sociedad.
Reitero, la mujer es un ente productivo que no puede ser reducido a cuidar el hogar, atender a los hijos y las necesidades de la familia, pero debemos proponer qué hacer para volver a tener hijos mejor orientados en cuanto a valores, principios y compromisos que es el gran problema, si el Estado en lugar de escuchar esas críticas y convocar a un encuentro con los sectores para enfrentar eso se concentra en las descalificaciones estamos peor de lo que pensábamos.
El padre se va temprano y la señora más atrás, dejando a sus hijos a merced de una orientación foránea. Ejemplo, en Los Estados Unidos, esos muchachos dejados en un (Daycare) o Centro de Cuidado de Niños se crían sin la orientación familiar. Muchas familias no quieren hacer esto y sólo por la necesidad dejan a sus hijos atendidos por particulares.
Niños que no saben si responder a lo que les inculcan en ese centro o al de la familia que, aunque pasan los días libres con ellos, por el cansancio, no tienen tiempo para investigar las conductas ajenas que están recibiendo, orientados por culturas diferentes, que no entienden nada del seno familiar de ese menor y eso de cualquier forma ya es problema para la conducta del menor.
Que lo dicho por el pastor Ezequiel Molina, haya desatado los demonios en algunos sectores se debe a que tenemos una autoridad que no tolera las críticas. ¿Por qué emprenderla contra alguien que está mostrando su preocupación por un mal que nadie puede negar? El Estado está para escuchar y ofrecer soluciones en lugar de descalificaciones, pues así no se solucionan los problemas.
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