Mi ventana óptica
Por Alejandro Almánzar
Muchos confunden la política, creen que esta soporta todo, craso error, pues es lo que ha provocado la ruina del sistema de partidos y resquebrajar la institucionalidad, así como al Estado mismo que, de acuerdo con los griegos, debe estar manejado por políticos.
Sócrates, aunque no escribió de esto, su método socrático (Diálogo y Cuestionamiento) influyó en la reflexión sobre (la moral y la justicia) como conceptos fundamentales que debían modelar este quehacer, en nuestro país y otros como Venezuela, se trata de imponerse usando el poder por encima (de las polis).
LIC. ALEJANDRO ALMANZAR
El oficio de Platón es para mentir y un grupo repartirse los bienes públicos, aunque el pueblo sólo le da el derecho de administrarlos, por eso, desde que comprobé que el presidente se deleita con la mitomanía, no pierdo mi tiempo con su alocución, prefiero leer mitología e historias fantásticas, porque el tiempo es oro y no se desperdicia.
Raúl Almánzar, me inculcó “el hombre debía tener palabra”, o sea, darle valor a lo que decimos, combinándolo con el accionar. ¿Coherencia? Pero en el caso que nos ocupa, allá un país, que decidió aceptar todo de sus dirigentes, que rayen en el atrevimiento de esperar una fecha solemne como la Restauración para insultar su inteligencia.
Quien lo escuchó el 16 de agosto, pensaría que se inauguró un nuevo país, no el que la gente pasa días a oscura, porque pagando apagones caros, no puede refrigerar alimentos por falta de electricidad, ni siquiera para cargar un celular; no sé si mi hermana se mudó de país, pero cuando el mandatario describió este paraíso soñado, llevaba días sin saber de ella, porque durante tres días estaba sin tan vital servicio.
Criminalidad, asaltos, violencia, inseguridad y altos precios de los alimentos desmienten ese discurso, es la realidad que la gente vive cada día, no el de la fantasía de Abinader, donde sólo vivirá él y su entorno, mientras el pueblo vive una pesadilla.
Como dijera el colega Luis Alfredo Collado, estos farsantes, alaban a la “Diáspora”, mientras nos cobran hasta el derecho de pisar nuestra tierra, en franca violación a la Constitución, pagando el transporte aéreo más caro, por tantos impuestos a los tiques de avión que cobra el Estado.
Hechos horripilantes perturban al pueblo, pero de eso no habló el ejecutivo, de esa madre que decapitó a su niña, otra se lanzó de un edificio junto a su hija al descubrir que su niña era violada por una hermana. El niño encontrado amordazado en un almacén en la Vega, militares cometiendo asesinatos, esto no preocupa nada.
Ahora la solución es enviar a la cárcel a alguien que debió llegar a esos niveles de locura para ser escuchada, aunque vengo advirtiendo desde la pandemia que la salud mental de la población quedaría seriamente comprometida y los gobiernos debían tomar acción.
Tampoco sé, en cuál país viven Juan y su esposa, una pareja viviendo en condiciones deprimentes denuncia el comunicador Lisandro Torres en su reportaje. A ellos les toca vivir la realidad de un Estado cargado de injusticias, no en el falso paraíso descrito por el mandatario recientemente. Por eso la población perdió la confianza y fe en sus dirigentes, pues una cosa es motivar a la ciudadanía y otra muy particular es mentir a un pueblo desesperanzado.
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