Mi ventana óptica
Por Alejandro Almánzar
El ataque a instituciones bancarias y financieras es un atentado inaceptable para la estabilidad política y económica de cualquier sociedad, por eso, quienes cometen esos actos, deben ser apartados de las calles, sin importar métodos a emplear.
Pero dado el ultimátum del presidente Abinader a la policía, para resolver lo del Banco Popular, fue una carta verde a oficiales acostumbrados a incriminar personas sin mucho investigar y eliminar a peones que participan de esos hechos.
Pero dejando las estructuras que los organizan intactas y de ahí que se repitan con frecuencia, porque los cerebros nunca son identificados por las autoridades. Pudiera ser el plan, matar a aquellos que en la justicia pueden delatar a sus ideólogos.Lic. Alejandro Almánzar
Es parte de debilidad institucional, pues en ocasiones incluso, se va de paro gente inocente, y donde casi nunca el monto robado aparece. No tengo una cronología actualizada de los hechos, pero en la web encontré algunos datos para hacernos una idea de la secuencia con que los mismos aparecen en el país.
Comenzamos con el Royal Bank of Canadá, 1954, en Santiago, siete individuos, a plena luz del día, entraron y sustrajeron 149,268 pesos, luego de matar dos empleados, dejar amarrado y encerrado en la bóveda al personal administrativo.
Los cabecillas eran los hermanos Maldonado Díaz, y el chofer Ulises Almonte, quien dicen era militar y trabajaba para Ramfis Trujillo. 17 años después, ese mismo banco fue asaltado en Naco, para 1971, de eso, Balaguer responsabilizó al grupo Los Palmeros.
En julio de 1988, también 17 años más tarde, Banco Cibao, en Licey al Medio. Banco del Progreso, marzo 1993, Santo Domingo, realizado por un médico cirujano, que se dijo tenía problemas mentales, el asaltante y una empleada del banco resultaron muertos en la operación.
En gobiernos de Leonel, Danilo y ahora Luis Abinader, estos hechos volvieron a tener notoriedad, cuando en mayo 24, una sucursal del Banrreservas de Santiago fue asaltada, y a menos de dos semanas, otro grupo reedita la acción con el Banco Popular, del Distrito Nacional, aquí como en el primero, participaron los hermanos Estrella Arias.
La policía mató a Richard Estrella Arias y a Johan Belliard Aybar, acusados de participar en dicho asalto, aunque en su perpetración nadie resulto herido, como sucedido en Santiago, donde hubo personas heridas, de los cuales uno falleció mientras recibía atenciones médicas.
Aunque la gente admite esas personas no deben ser tratados con paños tibios, tiene sus reservas con el oscuro accionar de una DICRIM, que el 29 de diciembre fusilaron tres oficiales de la DNCD, sin que nadie explique lo sucedido, por eso, ahora vuelve la duda, de si mataron realmente a los culpables o si sólo quisieron cerrar el caso.
Quisiéramos creer en la independencia del Ministerio Público para investigar esto, porque si asociamos el cambio de versión ofrecida por Jorge Luis Estrella que, al entregarse, dijo en un video que su hermano nada tenía que ver con eso, que él era el único responsable, para luego culpar al fallecido de lo acontecido.
En su nueva versión, afirmó este fue quien organizó y planificó todo, quien cargó con lo robado, como que “el muerto no habla”. ¿Cambió la versión o se la cambiaron? Es la mejor manera de que lo robado, robado se quede, sin saber en cuáles manos.
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