Por Erasmo Chalas Tejeda
NEW YORK.- Hace poco menos de un año el amigo y compañero, ingeniero agrónomo Eligio Jáquez Cruz, vino a esta ciudad de Estados Unidos en un corto viaje, de esos que con frecuencia acostumbraba hacer para trabajar política, compartir con familiares y amigos, donde tuvo el placer de poner en circulación un libro de su autoría, titulado "Sin quinta pata", que es un relato de sus logros en la vida, de su superación con muchos sacrificios, pero que también enfoca temas agropecuarios y económicos, y lo que más me llamo la atención, fue lo que dice de mi pueblo natal, BANI, donde casualmente Jáquez posee una porción de tierra, donde tiene una granja de pollos, específicamente en el municipio de Matanzas, en el litoral de la provincia Peravia.
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| Ingeniero Eligio Jaquez, ex ministro de Agricultura y nuevo Consul de R.D. en New York |
Había sido una promesa mía, escribir sobre la inquietud del agrónomo, en el sentido de la falta de agua en Bani, lo que no pude cumplir sino hasta ahora por falta de tiempo, en estos tiempos recién pasados que fueron de intensas jornadas políticas para desplazar al Partido de la Liberación Dominicana del Palacio Nacional.
Comenta el profesional de la agronomía, que siendo Bani una ciudad a menos de 60 kilómetros de la Capital, o más bien del Gran Santo Domingo, de tener 677,000 tareas de tierra plana, que si pudieran ser explotadas adecuadamente proveería bienes de consumo de manera privilegiada al mercado nacional, pero dice, que le falta agua.
Sostiene que es un caso inexplicable debido a que la provincia Peravia está atravesada de Norte a Sur por el Río Nizao, no cuenta con agua para mojar sus sedientas tierras y generar empleos, estabilidad y bienestar a su población.
Asegura que esa escasez del preciado líquido, obedece al suministro que se hace para la Capital, a una área importante de la provincia Santo Domingo y al municipio de San Cristóbal y que los banilejos seguimos pendiente a la solución de ese caso, lo que definitivamente disparara a la cúspide del desarrollo económico de Bani.
Eligio, como ex director del Instituto Agrario Dominicano (IAD) durante el gobierno de Antonio Guzmán y Ministro de Agricultura en el periodo de Hipólito Mejía, conoce más que cualquier compueblano, la calidad de nuestras tierras, pero además, él es un hombre de una influencia singular en este nuevo gobierno, por lo que no dudamos que gestionará mecanismos para que a los banilejos les llegue el agua que le pertenece y necesita para vivir y producir alimentos.
Detalla que cuando el gobierno de Balaguer construyo la Presa de Valdesia, en 1976, era con la intención de proveer 11 metros cúbicos para el canal Marcos A. Cabral, para irrigar unas 155 mil tareas, usando los modernos métodos de irrigación, toda vez tuvo terminada la obra , algunas influyentes sugerencias de último momento persuadieron al gobierno para interponer la planificación original y en cambio suministrar 6.15 metros cúbicos cada segundo, del agua almacenada y abastecer la demanda del Distrito Nacional, el Gran Santo Domingo y San Cristóbal.
Propone, que se salve el agua para Bani y así se sembrarían unas 300 mil tareas en la provincia Peravia y convertir a esa parte del territorio en la dueña de la más pujante agricultura del país.
El conocido dirigente político y experto agrícola hace un llamado a todos los sectores de la provincia, incluyendo a los legisladores, alcaldes de sus municipios, regidores, gobernadora y las iglesias a demandar de las autoridades nacionales la entrega del agua que le pertenece a los banilejos, sin más demora, para salvar la vida de una comunidad que llamó laboriosa, industriosa y culta. Ojalá el llamado del amigo Eligio Jáquez sea escuchado por nosotros y el presidente Luis Abinader, en esta nueva ola de reorganización del Estado dominicano.
El buen hijo adoptivo de Bani, expresa que esa población merece una ATENCION ESPECIAL, la cual ha sido dilatada, para preservar sus atributos naturales, como su ubicación, sus playas, su potencial turístico, la velocidad del viento, la intensidad de la luz solar, la calidad y variedad mineral de sus suelos, las bellezas de sus Dunas, la planicie de sus tierras y el sabor de sus frutas, especialmente del mango. Eligio Jáquez terminó el capítulo de su libro dedicado a los banilejos, diciendo que el agua del Río Nizao debe ser PRIMERO PARA LOS BANILEJOS, porque ello entraña un supremo acto de justicia.
