2 de 5 ¿SE NEGOCIA CON EL COVID-19? Por Rafael A. Polanco/ Periodista y politologo En República Dominicana, cinco doctores que prestan ser...
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¿SE NEGOCIA CON EL COVID-19?
Por Rafael A. Polanco/ Periodista y politologo
En República Dominicana, cinco doctores que prestan servicios en centros médicos privados de Puerto Plata y Santiago, afirman haber tratado a pacientes afectados de la enfermedad con medicamentos a los que atribuyen gran efectividad y, algunos aseguran, se han estado usando en Australia y en otros países.
Ellos son los doctores David de Luna, Evangelina Soler, Gamalier Matos, Johnny Rafael Tavárez Capellán y Natalia García.
Dra. Natalia Garcia |
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Los tres primeros, quienes laboran en La Novia del Atlántico, dicen haber usado los fármacos: hidroxicloroquina (plaquinol), tocilizumab (actemra) e ivermectin. El primero es indicado para pacientes en artritis reumatoide y lupus, el segundo en inflamación de artritis reumatoide y tercero es un antiparasitario.
La doctora García, que labora en un centro médico de Santiago, dijo haber preparado una guía de más de 100 páginas para el seguimiento a pacientes, que incluye screening o rastreo de variables de la enfermedad, ingresos en unidades de cuidados intensivos (UCI) y pruebas de imágenes.
Señaló que se apoya en terapias con hidroxicloroquina, lopinavir rotinavir, tocilizumbab, N acetilcistenia, acromicina, complementado con terapia respiratoria y coagulación profiláctica, mientras el doctor Tavárez Capellán, de Puerto Plata, segura que trató pacientes que exhiben notable mejoría con el fármaco Ivermectin.
Muchos de esos medicamentos son de fabricación local y se encuentran en el mercado a buen precio, pero parece que a los responsables de tomar decisiones les convienen más las compras en el exterior. O santa comisión, cuántas cosas se hacen en tu nombre.
Lo extraño es que esos galenos han estado asistiendo a programas de panel y ofreciendo declaraciones en distintos medios de prensa y, al parecer, las autoridades sanitarias y el gobierno no se dan por enterados, en tanto todos los días aumentan los contagios y las muertes.
Esa situación hace que tome fuerza la afirmación del doctor norteamericano Rashid Buttar, quien dice que la situación que vive el mundo se trata de una conspiración criminal que está dañando a la gente, a la economía y lo peor, hay varias vías para tratar la enfermedad, pero que la meta de quienes están detrás es lograr pasar su vacuna y obligar a todos a ponérsela.
Hay quienes dicen no entender cómo es que personas que consideran la tierra superpoblada, promueven una vacuna para dizque salvar a la gente. ¡Cuánta hipocresía!, pues de lo que se trata es de hacer negocios con esos fármacos. Por eso se observa una carrera loca por lograr el antídoto, no para salvar al mundo, sino para hacer dinero.
Mientras la gente enferma por millones y se muere por miles, se desarrolla una guerra comercial de muchas empresas y entidades, todas buscando ser las primeras en lograr la vacuna contra el coronavirus o COVID-19.
El doctor Buttar reitera que detrás de lo que está pasando en la actualidad hay un plan macabro para provocar la despoblación mundial, haciendo que muchas personas fallezcan como consecuencia de la enfermedad.
Entre quienes promueven vacunas con fines comerciales los hay que consideran los ancianos deben desaparecer, porque no producen, solo consumen sin aportar nada.
AMBIENTE ELECTORAL
Es cierto que cuando comenzaron a llegar al país las primeras noticias sobre la existencia de una enfermedad muy contagiosa, capaz de matar a la gente en poco tiempo, la nación se encontraba inmersa en un proceso electoral que ocupaba el interés de la mayoría de los ciudadanos.
Para entonces se tenía escasos conocimientos de que en China se había originado una enfermedad provocada por un microorganismo de la familia de los coronavirus. Conforme a las primeras noticias, se trata de un virus parecido al Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS-2) que había causado estragos en esa y otras naciones entre 2002 y 2003.
Ahora como en 2002, la población inicialmente afectada estaba ubicada en la ciudad de Wuhan, en la provincia Hubei, en el centro de China, la cual estuvo alrededor de dos meses en confinamiento total para contrarrestar el avance de la enfermedad.
El brote fue declarado por la OMS como epidemia, ocasionando muertes que iban aumentando de manera gradual, mientras el gobierno y el Partido Comunista afirmaban haber tomado medidas a tiempo para frenarlo.
Se destaca la coincidencia de que aquella vez, como ahora, las autoridades oficiales chinas se mostraron en total capacidad de controlar la propagación del virus y el entonces primer ministro chino, Den Jiabao, dijo que siempre ponen en primer lugar la protección de la salud y seguridad de la gente.
Pero días después se vio precisado a exhortar a intensificar los esfuerzos para luchar contra el virus que seguía su expansión y ponerlo bajo control. Proclamó la necesidad de determinar el origen de la enfermedad, tan pronto como sea posible.
Como si se tratara de un video que se repite sobre lo ocurrido hace más de un siglo, el primer ministro Jiabao reclamó entonces mecanismos a nivel nacional para enfrentar la emergencia de salud pública, además de viabilizar la cooperación e intercambios con organizaciones internacionales.
Consciente de la gravedad del virus en 2002, China declaró oficialmente la neumonía atípica como epidemia para reforzar su prevención y tratamiento, mientras debatía a lo interno cómo enfrentarlos y erradicarlo, pero ya se había desplazado a través de viajeros a unos 30 países.
Los reportes dan cuenta de que sólo hizo estragos en seis de esas naciones, causando menos de mil muertos. En julio de 2003 la OMS declaró que se había erradicado el virus de la misma manera que llegó, sin avisar.
Contrario a lo que dicen los doctores Buttar, Miskovits y Shivas, se afirma que el coronavirus que actualmente afecta al mundo mutó de uno de esos virus y se manifiesta enfermando a mucha gente de fiebre, tos, dolores de cabeza y del cuerpo, afecta la respiración, hace perder el sabor y el olfato.
Jiabao ex primer Ministro de China |
Esos hechos se conocieron luego, pues en un primer momento China escondió, se afirma que deliberadamente, la gravedad del nuevo virus. Ni por asomo el mundo tenía idea de la tragedia que se estaba encubando, ya que se trataba de un enemigo invisible y que mata rápido.
Se podría señalar que el mundo vive una especie de película de terror, obligado a verla en suspenso, sin saber cuál será el final. La verdad es que nadie se preparó para lo que venía. Ni los expertos especializados en temas de salud, sabían de sus características.
Incluso, muchos sostienen en medio de la tragedia que la realidad de la enfermedad se está conociendo día a día, que cuando fue declarado epidemia, se estaba expandiendo por gran parte del globo terráqueo, a través de los viajeros, con su secuela de enfermos y muertos.
Para entonces, muchos países comenzaban a tomar medidas e incluso la OMS tomó la decisión, el 11 de marzo de declararlo como pandemia. Ya antes, el 11 de febrero, le había bautizado como COVID-19.
El nombre se toma de las palabras "corona", "virus" y disease (enfermedad en inglés), mientras que el 19 representa el año en que surgió el brote, pues fue notificado a la OMS el 31 de diciembre de 2019.
ESPERA FATAL
Mientras el mundo era sacudido por la enfermedad, en el país se esperó que pasaran las elecciones municipales, fijadas para el 15 de marzo, para luego tomar medidas.
Se atribuye a esa tardanza el hecho de que muchas personas fueran contagiadas en medio del proceso comicial, pues ni siquiera se tomó en cuenta que la OMS había declarado la enfermedad como pandemia y le atribuía un alto nivel de contagio.
Como se recuerda, esos comicios debieron realizarse el 16 de febrero, pero la Junta Central Electoral (JCE) se vio precisada a suspenderlos por irregularidades que meses después, un informe de la OEA, iba a confirmar que fueron provocados por falta de previsión y errores cometidos desde su Departamento de Informática.
El informe de la OEA echó por la borda denuncias de que se fraguaba un fraude, acción de la que se acusaban recíprocamente el oficialismo y la oposición.
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Luego del informe del organismo hemisférico, la JCE canceló al director de informática que, previamente, había sido suspendido y días después suspendió o despidió varios servidores del área, violando una disposición oficial que ordenó no suspender ni cancelar empleados en la emergencia.
La anulación de las elecciones municipales originó un debate y jornadas de protestas que mantuvieron a los dominicanos ocupados sin percatarse de que la enfermedad había penetrado al país y se avecinaba lo que la OMS llama pandemia y que pondría en jaque a toda la población.
Las necesarias medidas preventivas no se tomaron en el tiempo prudente, pues nadie puso la atención debida a las alertas, ni se observó que lo estaba pasando en todo el mundo, debido a la gravedad del coronavirus.
Para la OMS una pandemia es cuando un virus o enfermedad se extiende a nivel global. La última pandemia que se había registrado fue, en 2009, con la gripa A o una cepa de H1N1 que afectó a una gran parte de las naciones del mundo, pero sin los niveles ni alcance del COVID-19.
En esa ocasión, la directora del organismo, Margaret Chan, la definió, 11 de junio, como pandemia, luego de consultar al Comité de Emergencia y apoyarse en el Reglamento Sanitario Internacional.
La señora Chen dijo que se trató de una cepa de H1N1 que no había circulado anteriormente en la especie humana, un virus completamente nuevo, contagioso y que se propagaba fácilmente entre las personas.
En esa fecha, junio de 2009, ya había afectado a ciudadanos de 74 países y se tenía informe de unos 30 mil casos confirmados.
PRIMER CASO DE COVID-19 EN RD
Las autoridades sanitarias dominicanas confirmaron, el domingo primero de marzo de 2020, que se había diagnosticado el primer caso del COVID-19, importado, y que se trataba de un turista italiano de 62 años que había sido colocado en aislamiento.
El hombre, cuya identidad se conoció más tarde, cuando fue dado de alta, en abril, ingresó al país el 22 de febrero, sin síntomas y no fue hasta dos días después que empezó a presentar fiebre, tos y malestar general, según informó el ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas, en rueda de prensa que más tarde se convirtieron en un contacto diario virtual de ese funcionario con la población, a través de periodistas y medios de prensa.
A su llegada al país, el turista italiano, procedente de Milán, se alojó en un hotel de Punta Cana, en la región este y, según explicó el ministro Sánchez Cárdenas, tras ser examinado, el 29 de febrero, además de COVID-19, dio positivo para influenza B, por lo que se dispuso su inmediato internamiento.
El Pascualini, el primer afectado con Covid-19 |
En esas circunstancias, fue recluido en el hospital militar Ramón de Lara, en la Base Aérea de San Isidro.
El italiano responde nombre de Claudio Pascualini, de 62 años de edad, quien permaneció 53 días internado y dado de alta la tercera semana de abril, luego de varias pruebas en las que seguía dando positivo.
Cuando, finalmente, dio negativo, 53 días después, fue despedido con aplausos por el personal del hospital Ramón de Lara y éste agradeció el trato recibido durante su permanencia en el centro asistencial. Llamó la atención el cambio físico que experimentó entre su ingreso y su salida, pues rebajó muchas libras y hay quienes dicen que hasta aparentó más joven.
En marzo, cuando fue ingresado el italiano, junto a él se procedió a internar también a un ciudadano francés de 56 años de edad, quien fue mantenido aislado en el mismo hospital luego de ingresar el domingo primero de marzo, presentando signos que motivaron se dispusiera ser conducido al centro de salud y colocado en aislamiento.
Tras conocerse ambos casos, el gobierno dominicano suspendió por 30 días los vuelos desde Milán debido al aumento de los casos de la enfermedad en Italia, donde se habían producido muertes y habían más de 800 infectados, en los primeros días de marzo.
MEDIDAS TARDÍAS
Como señalamos antes, a pesar de que el primero de marzo se había registrado el caso confirmado y otro sospechoso, no fue hasta el 14 de marzo, un día antes de las elecciones municipales, cuando el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, anunció un paquete de 10 medidas para tratar de frenar el avance del Coronavirus, llamando la atención que se hiciera justo horas antes de las votaciones.
El hecho de que esas medidas fueran anunciadas la noche del sábado 14, a pocas horas de las elecciones se entendió que tenía el propósito de provocar temor en la población y evitar una participación masiva en los comicios, dado que el PLD no estaba bien posicionado y se temía una derrota aplastante.
Empero el gobierno las justificó argumentando que esas acciones forman parte del protocolo de la OMS y su representación local la OPS, aunque no había la necesidad de esperar la proximidad de la votación para anunciarlas.
El domingo 15 de marzo, mientras ejercía su derecho al voto, el presidente Danilo Medina Sánchez, adelantó que seguiría tomando medidas para proteger el aparato productivo y los empleos, como si encerrando a todo el mundo en cuarentena se iba a lograr esa protección que anunció el jefe del Estado.
“Estamos trabajando directamente con la OPS/OMS siguiendo el protocolo que se está aplicando en todas partes del mundo. Según cada caso, iremos tomando las medidas”, puntualizó el mandatario.
Explicó que en las fases del Coronavirus hay etapas: La primera, son los países que no tienen ni un solo caso; la segunda, los que tienen casos, pero que no han sido contagiados en su territorio, sino importados y que ahí estábamos, pues los casos que se han presentado son importados y el tercer paso es cuando ya la transmisión de la enfermedad comienza a ser comunitaria.
Sostuvo que ahora “tenemos que proteger a la ciudadanía de las personas que están ingresando, tanto extranjeros como dominicanos que están visitando países contaminados” y llamó a la población a cooperar, advirtiendo que “el gobierno solo no podrá resolver este problema. Es un problema también de conciencia individual, de las familias”.