Por Alejandro Almánzar
La muerte de George Floyd, en Minneapolis, Minnesota, por un exabrupto policial, revive la lucha racial en USA, una herida que al parecer, no encuentra antídoto para curar, y que causa cada vez más dolor y malestar social.
Esta no cicatrizará, mientras haya quienes fomenten la división entre ciudadanos de un mismo país, en el que están obligados a convivir. Una lucha de odio, que pudiera resultar tan letal como el terrorismo que hoy amenaza al mundo.
Alimentada, por los que apuestan a la supremacía racial, y por quienes se acomplejan de su raza, cultura, color de piel y hasta por el tipo de cabello heredado. Otros invocan la igualdad, cuando la única verdad es, que somos diferentes.
LIC. ALEJANDRO ALMANZAR |
Esta nación tiene pendiente la tarea de eliminar el supremacismo racial, que a pesar de las leyes que lo condenan, todavía se expresa, practicado por diferentes etnias, porque es erróneo asumir que sólo los blancos ejercen la segregación.
En lo que intervienen políticos, incluyendo al presidente actual, que desde su llegada al poder fomenta el odio entre los ciudadanos, y quizás esta violencia desatada por la muerte Floyd, sea una respuesta a ese comportamiento.
Quienes lo hacen por sus beneficios están en lo cierto, penoso es, que muchos les hayan dado importancia a una mendicidad espiritual, que busca sustituir el valor de un Alma por una apariencia física, para creerse superiores a los demás.
Cuando entendamos, que nuestra fortaleza y debilidad no se sustenta en el color de nuestra piel, eso que desaparece con la "muerte", que el espíritu no tiene color, genero, ni fisionomía, sabremos entonces, nos ahogábamos en un vaso de agua.
Si lamentable y dolorosa fue la muerte de Floyd, no menos resulta la violencia desatada por quienes en su nombre exigen justicia, mientras ofenden a la autoridad, destruyen bienes y propiedades que sólo sirven de sostén a la sociedad.
En ese tenor, quiero entender, los motivos para que en Atlanta, se atacara la sede principal de la cadena de noticias CNN, porque hasta donde he sabido, desde dicha planta sólo se defiende los derechos civiles y políticos de las personas.
Allí vi gentes derramando la ira contra esta cadena, que tal vez, su único pecado sea ser propiedad de personas blancas, lo que confirma lo que dijimos antes. Pero ojalá, esto no sea un ingrediente político hacia las elecciones de Noviembre.
Donde el sistema judicial da escarmiento a quienes violan las normas, no creo necesario recurrir a tanta violencia para reclamar lo que la Constitución y las leyes garantizan a todos por igual, aunque me dirán, que la policía, por su delicada labor recibe tratos especiales en los tribunales al ser juzgados.
Ya los Estados Unidos supera a los demás países del mundo en contagio y muerte por la pandemia. ¿Cuál pudiera ser el resultado de esta aglomeración de personas, sin tomar en cuenta el distanciamiento y la debida protección?
Esta nación no necesita de voces incendiarias, tampoco de líderes apostando a la división, demanda de cabezas prudentes, bien intencionadas, que no coloquen por encima de los sagrados intereses sus aspiraciones políticas o personales.
Protestar es un derecho, si se vulnera principios fundamentales, lo inaceptable es, que haciendo un reclamo justo, se ejerza tanta violencia, con agresiones a personas, quemas de establecimientos y saqueos en el comercio, eso descalifica la protesta.
Twitter, @alexalma09