Por Hungría Vásquez Hernández La verdad que los políticos de la República Dominicana, con algunas excepciones, dan pena, vergüenza y has...
Por Hungría Vásquez Hernández
La verdad que los políticos de la República Dominicana, con algunas excepciones, dan pena, vergüenza y hasta coraje, en razón de que no pueden dominar su sed de poder y por ende, su interés de llenarse los bolsillos con el dinero del pueblo a como dé lugar.
Hungria Vasquez Hernandez |
Y en realidad tenemos ese atinado criterio diciendo verdades amargas, de los comerciantes políticos que no respetan ni la furia del coronavirus, porque en qué cabeza cabe que, con una pandemia de esta magnitud en plena actividad, matando sin contemplación a los votantes del país, igual que en todo el planeta, estos insaciables políticos estén poniendo fechas para que se celebren unas elecciones tan importantes como son las presidenciales y las congresuales a la vez.
Cosa que ninguno de ellos puede estar seguro que para la fecha que cada cual proponga va a estar vivo todavía, a lo mejor están muertos a causa del Covid-19, y por eso nosotros decimos que hay que tener TUPÉ Y LA CARA DURA como diría a lo mejor uno de los más ambiciosos que puedan conocer los votantes del país, donde también dan a entender que no les están dando ninguna importancia a la gran mortalidad de los dominicanos, porque solamente quieren que voten la cantidad con la que puedan triunfar para de esa manera lograr su sueño anhelado de hacerse millonarios algunos y multimillonarios otros.
Y por eso no hay ninguna duda de que son unos verdaderos bárbaros, especialmente políticos tratando de poner fechas para la celebración de unas elecciones que de hecho han tenido tantos viacrucis y tropiezos,ya que todavía hay mucha tela por donde cortar, a tal punto que se está esperando todavía que la OEA rinda el informe de los resultados esperado para saber qué pasó el 15 en las elecciones municipales de febrero del 2020 en la Junta Central Electoral (JCE).
¿Porqué no esperar hasta que pase esta pandemia? Que nadie hoy día se atreve a decir cuándo o en qué fecha de un mes cualquiera del año podrían los políticos señalar el tiempo preciso de llevar a cabo algo tan importante como el mandato de la Carta Magna de elegir al presidente y a los legisladores de una nación, que es el caso que nos embarga ahora en la República Dominicana.