Mi Ventana Óptica Por Alejandro Almánzar Del Cangrejo se dice, que camina para atrás, aunque realmente, dicho crustáceo, se mueve ...
Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almánzar
Del Cangrejo se dice, que camina para atrás, aunque realmente, dicho crustáceo, se mueve de forma lateral, para evitar ser presa fácil, es como marcha nuestra clase política, con el riesgo de sumirnos en cualquier aventura dictatorial.
La orden de militarizar el Congreso Nacional, sin importar del estamento oficial que proviniera, es un acto inaceptable y repudiable, que no sólo nos hace retroceder a un pasado que creímos superado, si no, que lacera grandemente la Democracia.
Es lamentable, que después de tanto luchar, para alcanzar este modelo democrático, todavía se encube en mentes cavernarias ideas retrogradas. Gentes, que aferrados al poder, no son capaces ni de medir las consecuencias de sus despreciables accionar.
Mentes, que pudieran acariciar la macabra idea, de instaurar un régimen de fuerza, llevándose de encuentro la libertad conquistada, pues lo que quedó evidenciado con esa acción, es que no existe el Estado de Derecho estipulado en la Constitución.
Donde ésta, no sólo es violable para ponerla al servicio de particulares, si no, que tampoco sirve, para garantizarle el derecho a protestar del ciudadano, que siente sus derechos conculcados por parte de quienes tienen el poder, y esto es preocupante.
Reynaldo, como presidente del Senado, se atribuye la responsabilidad de ordenar el cerco militar al Congreso, tal vez, desconociendo, cuánto le ha costado al dominicano esa conquista política, por la que tanta sangre y persecución sufrimos.
Que Juan Bosch no está para pedirle cuentas sobre su proceder, pero que el país lo tendrá pendiente, para darle su merecido en su debido momento, el juicio de esa historia, que sabe colocar en el lugar que se merecen esos brabucones de la política.
Pero como siguiendo un guion, otra muestra de totalitarismo, la externó Manuel Díaz, diputado danilista, afirmando “no hacen falta votos, para reformar la Constitución, y si faltaran, lo buscaríamos como quiera, y como sea, porque al gobierno no se le desafía”.
Como quien está convencido, de que el presidente y ellos, sí, tienen derecho a desafiar al pueblo, y ante ese peligro que asecha a la Democracia, la sociedad tiene que cerrar fila en defensa de esto que nos ha costado tanta sangre y dolor.
Sobre todo hoy, cuando la cara de la dictadura asoma por doquier, y el intervencionismo amenaza con retrotraernos a un pasado represivo. Pero los que buscan desestabilizar el país olvidan, que podrían terminar arrastrados por la corriente embravecida de un pueblo harto de corrupción, engaños y traición.
Si alguna importancia tenía la Democracia para nosotros, fue el tiempo de paz electoral vivido, dejando atrás los traumas a los que cada cuatro años nos sometió Balaguer y sus secuaces, desempolvado por Hipólito, y ahora reeditado por Danilo.
Por lo tanto, es deber de la sociedad, hacerse sentir frente a estos aprestos retardatarios, porque es ese tipo de golpe constitucional lo que tiene sumido a Venezuela en un vacío de poder, en una crisis de credibilidad, y estancada en su desarrollo económico, político y social.
Identificar bien, a estos especímenes de la dictadura, y cerrarles el paso para siempre, castigándoles en el venidero proceso electoral, cuando intenten colarse como supuestos representantes, para luego sólo servirles a grupos, porque quien se plantea violar de la Constitución, nunca será un digno representante, si no, un servil más.
Twitter, @alexalma09