Mi Ventana Óptica Por Alejandro Almanzar El dominicano pone candados después que le roban, caracterí...
Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almanzar
El dominicano pone candados después que le roban, característica que arrastraremos de los indígenas, gente sana, que juzgaba como tales a los demás. Pero a pesar de eso, debemos abogar por un Estado, que regule y aplique normas y leyes a todos por igual, sin importar condición social, política, o económica.
Porque sólo la falta de esto, explica que las personas vivan a merced de la ambición de grupos, que para obtener riquezas, no les importe la vida de los demás. Una sociedad, donde la regulación es una palabra más en el diccionario, pocas tragedias ocurren.
Cúmulo de injusticias, por el desprecio que sienten quienes nos han gobernado contra quienes luchan día a día para subsistir. De lo contrario, no existiera tanta vulnerabilidad para esas personas que han poblado esos barrios sin ninguna protección oficial.
Sólo nos recordamos de la falta que hace el establecimiento de normas reguladoras, cuando nos sacuden situaciones como las presentadas esta semana que culmina en el sector capitalino, de Villas Agrícolas, compuesta por pobres.
Dijo el propietario de Polyplas, Manuel Diez Cabral, que la empresa cumplió con todo el protocolo, y le satisface, que de 288 trabajadores que allí laboraban al momento de la explosión, sólo fallecieron cuatro, sería bueno saber, en qué consiste dicho protocolo, que no pudo evitar lo ocurrido.
Cuando la realidad es, que de no haber sido por la eficiente labor de bomberos y cuerpos de socorros, los efectos del mal manejo de una institución que almacena productos químicos inflamables pudo ser mucho más devastador.
Lo que dejó evidenciado este hecho es, que no existió un protocolo apropiado para enfrentar una emergencia como la que se presentó, porque de haber sido así, los daños hoy fueran materiales, y no estuviéramos contabilizando víctimas humanas.
Pero ojalá, esta otra tragedia sirva para que las autoridades se tomen en serio las regulaciones con que deben operar las empresas, y de una vez por toda, poner fin a la construcción indiscriminada de viviendas en los alrededores de estas, y lugares vulnerables, donde la gente pone en juego su existencia.
Sabemos, que los males acumulados por tantas décadas no pueden ser atribuidos a un gobierno en particular, pero esperamos, la autoridad de turno siente un precedente, sobre normativas para instalar empresas y construir viviendas.
Deben crearse leyes, que obliguen a las empresas a aportar un porciento para el equipamiento y sostenimiento de Bomberos, Cruz Roja, Defensa Civil y demás organismos de socorro, para enfrentar situaciones como la de Villas Agrícolas.
Establecer un marco jurídico, para que ese protocolo de seguridad que dice el señor Diez Cabral, sea manejado por esas instituciones, que sean estas, las que den su visto bueno para ponerlas en operación, en áreas específicas, porque mientras nos manejemos así, catástrofes como esta viviremos sufriendo.
Alguien pudiera decir, que todo eso existe, pero que no se cumple por la corrupción, sobre todo, porque cuando se trata de gente poderosa, como el caso que nos envuelve, muy pocos se atreven a proceder contra sus violadores.
Porque un país que se maneje sin regulaciones claras, donde cada quien hace lo que quiere, no puede tener un desenlace menos catastrófico y sombrío que el vivido por Villas Agrícolas, donde muchos lo perdieron todo, incluyendo a sus seres queridos.
Twitter, @alexalma09