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Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almánzar
Si partimos del concepto mismo de la Democracia, veremos que la dictadura de Trujillo y sus secuaces por más de 30 años, a quienes ha beneficiado es a la clase política que le relevó, quienes cambiaron una dictadura criminal y corrupta, por una “Democracia” poco productiva y con similares características.
De ahí, que a pesar del tiempo transcurrido desde su ajusticiamiento, la gente sólo ha debido conformarse con algo menos que una caricatura de democracia, sólo al servicio de políticos que se enriquecen impunemente bajo su sombra.
Eso explica, por qué a casi seis décadas de desaparecido, Trujillo gravite en la sociedad, y ya nadie sabe si realmente valió la pena la determinación de aquellos que sacrificaron sus vidas para proveernos un sistema tan excluyente y perverso.
El fantasma de la dictadura ronda la mente del dominicano, que como derecho, sólo tiene “poder hablar sin censuras”, porque la Era post Trujillo parió un sistema de Partidos, donde ni siquiera entre sus líderes se practica la democracia.
Esto ha impedido al ciudadano aprender a vivir en un régimen de libertades, porque entre las acciones del dictador de ayer, y los que imponen sus apetencias personales por encima de todos hoy, sólo hay un paso, o sea, cambiamos un modelo dictatorial por otro, con la diferencia de ejercer el libre juego de las ideas, de reunión o asociación, sin privarnos de libertad.
En esas condiciones, La República Dominicana no tendrá una democracia plena, mientras quienes tengan la determinación sean dictadores en potencia, porque nadie puede dar más de lo que tiene. ¿Es posible eso, mientras el presidente sea una especie de intocable, que puede vender o regalar el país, sin que sea enjuiciado?
¿Se puede hablar de democracia en un sistema, donde los Ayuntamientos tienen que mendigar una subvención que por “ley les corresponde? ¿Si en las Provincias, este nombra a un súbdito, sin presupuesto para financiar su desarrollo?
¿Es democrático, un estilo de gobierno, donde los congresistas sólo legislan para sus beneficios personales o del grupo que los postuló? ¿Dónde la Constitución tiene tantos enredos mandatorios y artículos, que hasta a letrados se les complica interpretarla?
¿Serán verdaderos representantes, unos senadores y diputados que sólo sacan tiempo para maniobrar a favor de sus partidarios? Los Estados Unidos, sobrepasa los trescientos millones de habitantes, y muy pocos de sus ciudadanos no conocen su Constitución, porque si mal no recuerdo, ésta, vigente desde 1787, sólo posee siete artículos, que hasta un niño puede leerlos, para conocer derechos y deberes.
Entonces, no es casual que aquí las instituciones funcionen, sin importar quién gobierne, diferente es, una Ley de Leyes, que contiene cerca de 300 artículos, como para que el ciudadano no conozca su contenido, contradictoria, pues por un lado otorga derechos, y por otro los contraviene.
Esto no es casualidad, es lo que le permite a delincuentes de la política adueñarse del poder, violándola cuantas veces se les antoje. Ya dijo el diputado Elpidio Báez, que están buscando los votos, para que Danilo siga en el poder.
Sin importar las travesuras constitucionales que tengan que hacer, esos votos aparecerán más temprano que tarde, porque allí no queda conciencia que no tenga un precio, y de ahí, esa caricatura de Democracia luego de muerto el dictador.
Twitter, @alexalma09
