Por Hungria Vasquez Hernandez Hoy amanecí con el bombillo de la vida encendido...
Por Hungria Vasquez Hernandez
Hoy amanecí con el bombillo de la vida encendido para salir a buscar en una noche oscura, a un político serio en las ciudades, sin tener que irme a los campos para ver si se encuentra alguno que esté disponible.
Cuando hablo de ir a los campos es porque si a un Alcalde Pedáneo de la zona rural se le acusa de haberse robado una gallina, una puerca o una vaca, hay que probárselo en los tribunales o en cambio salen varios heridos y hasta muertos en una batalla campal entre todos los familiares por el resto de esta vida terrenal.
En cambio, entre los políticos de los pueblos las acusaciones de robo, desfalco del dinero del fisco, corrupción, impunidad y malversación de fondos del Estado, no son nada nuevo para ellos.
Por ejemplo, podemos señalar la acusación a un ex mandatario de malversar la cantidad de $287 mil millones de pesos dominicanos, hecha por un ex funcionario del mismo gobierno; sin que la Justicia hiciera una exhaustiva investigación, tuvieron la cara dura de favorecerle con un No Ha Lugar al expediente y sin embargo, ahora sin aclarar aquella acusación, esa misma persona pretende aspirar para dirigir nueva vez las riendas del gobierno.
La verdad que eso solo sucede en los pueblos, porque si eso pasara en los campos habría cantidades de muertos y podría seguir la pelea sabrá Dios hasta cuándo; por eso somos de opinión que hasta las más leves acusaciones deben ser investigadas y aclaradas, sin distinción, llámense como se llamen los acusados, máximamente cuando se trate de un político que esté buscando gobernar la Nación nuevamente.
Entendemos que estas son verdades amargas, pero sin ninguna intención de perjudicar a nadie en particular; Si a alguien le sirve el sombrero que se lo ponga, porque lo que nosotros queremos significar es que todo el que salga culpable debe ser condenado en los Tribunales.
Porque no se debe ni se puede dañar la reputación de ningún ciudadano graciosamente, sin que haya una sanción acorde con la magnitud del daño o de los daños que reciba tal o cual personaje envuelto en un falso señalamiento inventado solamente por perjudicar a alguien, cosa inaceptable en nuestra República Dominicana.
Pero no es menos cierto, y hasta podría parecerlo, que lo que decimos va dirigido en contra de una persona en particular y no es así, porque la razón que tenemos es, que a la democracia y la libertad la están usando los politiqueros para hacerle daño a los demás, y para eso nadie tiene ningún derecho; tampoco que los políticos hagan y deshagan a su antojo, especialmente si están en el gobierno de turno, que quieran hacer lo que les dé su santa gana, repartiendo a manos llenas e improvisadamente lo del pueblo, sin proyectos, sin que el Congreso lo haya aprobado, aun sea en mamotreto como están acostumbrados a hacerlo, pero que por lo menos hagan el montaje, cosa que no debiera ser, eso es imperdonable a todas luces, cosa que nosotros solo podemos decirla sin tapujos.
Pero no hay nada que hacer con esta dictadura con apoyo oficial, lamentablemente.
También es imperdonable que un político conviva con un delincuente, tome vinos caros, comidas exquisitas, compartiendo momentos con una persona de alcurnia y de buenas a primeras aparece convertido en un delincuente y entonces tener el descaro de decir: -Yo no sabía quién era esa persona; yo estaba a su lado sin saber que era un delincuente: sin darme cuenta, estuve en el lodo, pero salí ileso sin salpicar mi traje!-, con lo que pretenden justificar, vanamente, su supuesta inocencia.
De igual manera, algunos políticos llegan al poder sin nada o con muy poco en su haber y poco tiempo después se declaran millonarios unos y multimillonarios otros; siendo totalmente desconocidos, terminan siendo aceptados por la sociedad, por gente de su misma ralea que les acogen con beneplácito por el hecho de malversar los dineros del pueblo de manera ostensible sin que nada ni nadie les persiga ni señale, aun sea en base a préstamos onerosos y de hipoteca de la Patria de Duarte, Sánchez, Mella y demás patriotas nacionales.
Ese tipo de vividores de la política es el que ha estado al frente de la Cosa Pública, están en la actualidad y pretenden seguir en lo suyo, y tal como dice el pueblo eso solo puede evitarse con el consenso de todos los líderes de la oposición, ya que aquellos tienen al Estado, la Ley y la Justicia a su favor, porque saben que tendrían que devolver lo tomado mal habido so pena de dar con sus huesos en la más inexpugnable de las cárceles, cosa que a los del campo no les pasaría dado que su honradez ha estado a tono con una formación sana, hogareña y de apego a la ley.
Septiembre 27, 2018