Por José Flández En Ecuador se está viviendo un proceso interesante. Lo que hace poco era un gobierno de ...
Por José Flández
En Ecuador se está viviendo un proceso interesante.
Lo que hace poco era un gobierno de corte autoritario, sin pesos y contrapesos, porque el poder ejecutivo era dirigido de forma absolutista por el populista, temperamental y narcisista Rafael Correa, hoy es un régimen encabezado por un presidente que hasta ahora se está mostrando como respetuoso de la democracia y la institucionalidad.
Recientemente el gobierno de Lenin Moreno había tomado la drástica decisión de exigir a los migrantes venezolanos la presentación de pasaportes para poder entrar a Ecuador, lo que originó una ola de protesta y preocupación de la que se hizo eco hasta la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la que en una nota hizo un llamado a los países afectados por la entrada de los venezolanos errantes, a que no obstaculizaran su ingreso por sus fronteras y puertos.
La preocupación estaba más que justificada debido a las grandes dificultades económicas y de todo tipo por la que están pasando los venezolanos, lo que hace la consecución de pasaportes casi una misión imposible para la mayoría de los expatriados por las condiciones de miseria, escasos ingresos, crisis monetaria, inflación, escasez de todo tipo, represión, delincuencia, corrupción y hambruna, impuestas por el inhumano régimen dictatorial de Nicolás Maduro.
Sin embargo debido a que en Ecuador reina una situación muy distante a la que se vivía en los tiempos del llamado “correato”, donde funciona el Estado de derecho en la figura institucional de los “pesos y contrapesos”, un juez acaba de echar abajo la disposición anterior de exigencia de pasaportes.
En ese sentido, un tribunal de Quito anuló ayer la regulación del Gobierno, de exigir pasaportes a los emigrantes venezolanos que entran al país, y dio un plazo de 45 días al Ministerio de Relaciones Exteriores para que presente un plan de contingencia humanitario frente a los problemas de la emigración forzosa de los expatriados del país caribeño.
La medida judicial concitó la alegría de las decenas de miles de peregrinos que deambulaban sin esperanzas por parajes selváticos, durmiendo a orillas de carreteras en grupos de familias compuestas incluso por jóvenes parejas que junto a sus pequeños vástagos abandonaron apresuradamente el infierno chavista.
Esto demuestra fehacientemente el gran cambio de actitud que prima en el sorpresivo gobierno de Moreno, quien incluso acaba de abandonar el ALBA, grupo de países conformados por regímenes de la izquierda radical, encabezados por el gobierno dictatorial de la Habana y secundado por los demás gobiernos títeres: Venezuela, Bolivia, Nicaragua y un grupito de minúsculas islitas del Caribe.
Aplausos a la justicia ecuatoriana y al gobierno de Lenin Moreno por su respeto al Estado de derecho y su humanidad mostrada hacia los emigrantes venezolanos...