Mi Ventana Óptica Por Alejandro Almánzar Danilo Medina, está conduciendo al país a una pendiente peligrosa, ...
Mi Ventana Óptica
Por Alejandro Almánzar
Danilo Medina, está conduciendo al país a una pendiente peligrosa, por la forma antidemocrática como se maneja, imponiéndose mediante métodos draconianos en las tomas de decisiones que competen al soberano.
Desde su llegada al poder, ha limitado el ejercicio de la Prensa. Por la fuerza, tomó control del Comité Central, y Político, de su Partido, el Congreso, la Justicia, Ayuntamientos, y ya no queda un estamento oficial que no esté a su merced.
Valiéndose de ese (Supra Poder), hizo violar la Constitución, para reelegirse en el 2016, y la batalla para imponer una Ley de Partidos actualmente, no tiene otro fin, que continuar su rumbo avasallador para perpetuarse en el poder.
Pudiera formar parte de un movimiento que avanza en Latinoamérica, donde gobernantes sin luces propias, al carecer del apoyo de sus pueblos, se van erigiendo en dictadores, montando farsas electorales, tal es el caso Nicaragua y Venezuela.
Parte de la violencia que vive México hoy, se atribuye al proceso electoral que en 2012, fue bastante cuestionado, donde se cree, le arrebataron el triunfo a López Obrador, por lo que el pueblo, esta vez lo ratificó como su genuino gobernante.
El presidente Medina, no repara ante nada, ni nadie, para empujar, acorralar e imponerse a la fuerza, sobornando a políticos y legisladores, para imponer leyes, cual traje a su medida, incluso, maniobrando contra sus propios compañeros de Partido.
Si actúa así con ellos, nadie se imagina de lo que no sería capaz para retener el poder, más allá de lo que manda la Constitución, pues al parecer, para el mandatario y quienes les acompañan en la trama, no existen límites de ningún orden.
Por eso fracasó, intentando mediar en la crisis venezolana, porque si no tiene ideas claras, ni respeta las de los demás, es poco lo que puede aportar al debate. La Democracia es un modelo fracasado, por esos políticos ambiciosos, y pocos visionarios.
Lo que sucede en Venezuela y Nicaragua, no es “casualidad”, como tampoco será, lo que pueda suceder con el futuro democrático nuestro, porque los pueblos demandan de líderes que ofrezcan soluciones, no aventureros, provocadores, que invocando una supuesta Revolución, ahonden sus males.
Desde antes del fallecimiento de Hugo Chávez, la Revolución Bolivariana, venía en picada, y empeoró, al ser sustituido por alguien sin capacidad para asumir un liderazgo de concertación, que unifique a un pueblo, que lo único que le interesa es el progreso.
Daniel Ortega, escogió a su esposa como compañera de boleta, porque su liderazgo también venía en declive, como lo demuestran los últimos estallidos sociales, donde cientos de nicaragüenses han sido asesinados por ese régimen totalitario.
En La República Dominicana, de nuevo, la lucha interna del partido gobernante es llevada al plano nacional, derrochando recursos, para pasar proyectos a favor del rey Mida. ¿Qué esperar, del hombre que juró lealtad al líder que lo llevó al poder, y desde que se juramentó, inició una tenaz persecución contra él?
Olvidando, “si Leonel no se lo echa de brazos”, en 2012, hubiese sufrido su segunda derrota electoral al hilo, porque “el liderazgo es algo que no lo da la fuerza del poder, ni es traje, que cualquiera puede ponerse con temeridad. Fomenta la idea, de que en política no hay compañeros, ni amigos, si no, conveniencias personales.
