Por José Flández Hay que felicitar al gobierno dominicano porque finalmente dejo de alinearse con la oprobiosa narco tiranía ...
Hay que felicitar al gobierno dominicano porque finalmente dejo de alinearse con la oprobiosa narco tiranía Castro chavista, decidiéndose a favor de la resolución condenatoria del régimen ilegitimo de Nicolás Maduro.
Y es que con el burdo pretexto de la no injerencia en asuntos internos de otras naciones, varios países de América Latina, en los que se incluía el nuestro, pretenden seguir ocultando su cobardía, complicidad, falta de vergüenza, incoherencia, irresponsabilidad, falta de escrúpulos, insensibilidad y carencia de entereza democrática, en lo que se refiere a la desgracia que vive desde que se instaló allí el socialismo del siglo 21, la hoy paupérrima Venezuela.
Según la “lógica” de los no injerencistas, que es precisamente la misma de los dictadores, si esta se aplicara para la cotidianidad, la policía no debería intervenir en disputas internas hogareñas porque no se podría violar la “soberanía” de los hogares.
Siguiendo esa lógica por ejemplo, un padre que maltrate a sus hijos y su esposa, lo haría con la garantía de que nadie puede intervenir en los asuntos internos de esa familia porque solo ellos, dentro de la “soberanía” de su hogar deberían resorber esa peligrosa situación, que no es verdad que se va a resolver sin injerencias externas, o sea, de la policía y la justicia.
Si nos lleváramos de la premisa de la no injerencia en los asuntos internos, no deberían existir las fuerzas policiales, la justicia ni las leyes, y menos aún los gobiernos, pues la intervención de estos entes en los asuntos que les competen, puede interpretarse como injerencia en asuntos individuales, de los hogares, familiares, etc.
Una minoría de países del Caribe, Centro América y América del Sur, alegando la no injerencia, se han dedicado ha torpedear a la Organización de Estados Americanos, OEA, en las reuniones que la organización hemisférica ha realizado para tratar la difícil situación por la que atraviesa la hermana República de Venezuela por culpa de las anárquicas, desestabilizadoras y empobrecedoras políticas socialistas (populistas) aplicadas por el chavismo.
Basándose en la no injerencia, esas naciones han votado en contra y otras han sido “neutrales”, absteniéndose de votar a favor o en contra de la resolución en agenda, con el propósito de estar con Dios y con el diablo, mostrando con ello su falta de sensibilidad, la poca vergüenza y la incoherencia que caracteriza a sus gobiernos.
Estas actitudes irresponsables de esos gobiernos insensibles e incoherentes, volvieron a producirse en la última reunión de la Asamblea General de la OEA, celebrada los días lunes 4 y martes 5 del presente mes de junio, en la que se aprobó una resolución que abre la puerta a la suspensión de Venezuela del organismo hemisférico.
Para aprobarla eran necesarios 18 votos y sus impulsores (los 14 países del Grupo de Lima y EEUU) lograron 19, aunque hubo once abstenciones y cuatro, (Venezuela, Bolivia, San Vicente y las Granadinas, y Dominica) votaron en contra. Lo que nos indica que solo 3 países son los que ahora meten la mano al fuego por el dictador títere y lacayo de la Habana.
Los países que aprobaron que Venezuela se expulsada del organismo y calificaron como ilegítimo al régimen de Maduro, fueron: Estados Unidos, Canadá, Brasil, Méjico, República Dominicana, Colombia, Perú, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Chile, Argentina, Panamá, Paraguay, Guyana, Barbados, Jamaica, Santa Lucía y las Bahamas.
Los que se abstuvieron fueron: San Cristóbal y Nieves, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay, Antigua y Barbuda, Belice, Ecuador, Salvador, Granada, Haití y Nicaragua.
Es evidente que Maduro cada día está más aislado, pues quedan pocos amigos coyunturales con los que contaba mientras se les suministraba petróleo preferencial a través del ahora inoperante Petrocaribe, y por la ilegitimidad de su antidemocrática reelección obtenida por medio de una mascarada electoral, impugnada ampliamente por la comunidad internacional.